viernes, 20 de mayo de 2011

GUIÓN PARA UN CORTO

Un chico duerme en un banco cuando le despierta un barrendero:

-Despierta chaval, que ya es de día.
-(Despertando) Buenos días, ¿me puede decir la hora?
-Sí, cómo no. Las seis de la madrugada, o de la mañana según se vea –sonríe
-Bueno, me quedaré un rato a ver el amanecer si no le importa.
-Para nada, chaval.

El barrendero recoge las hojas secas. El sol está a punto de salir. El horizonte va cogiendo un tono anaranjado, amarillento. De vuelta a su casa se hace un cigarro de liar. Ve anuncios de pisos para estudiantes. Se fija en todos los carteles de la ciudad. Entra en un bar a ver anuncios de empleo en los periódicos.

-¿Vas a tomar algo, chaval?
-Mire, sólo tengo sesenta céntimos.
-¿Qué quieres?
-Un café

(Se nota una pausa en el diálogo mientras en las noticias ponen un resumen de la liga de fútbol)

-Toma, tu café: cortado, no te quejarás…
-Para nada- fuerza una sonrisa.

Se hace otro cigarro mientras se toma su café, mira de reojo las noticias y apunta ofertas.

-Bueno, gracias, nos vemos
-No digas mentiras que sabemos que no vas a volver.
-Por qué me dice eso?
-No por nada…
-(Interviene otro): no te preocupes, chaval, es una broma.
-Bueno, lo dicho, hasta luego- con un tono de voz un poco apático.

Sube las escaleras hasta abrir la puerta de su casa. Ya desde fuera se oye la música de uno de sus compañeros de piso

-Hola
-Ey, hola, ¿dónde has estado?
-Buff, he pillado un ciego enorme, me han tirado del trabajo tío, voy a ver qué hago ahora.
-¿Te puedo echar una mano?
-Fuu, las que quieras! Voy a ver como salgo de esta.
-Si quieres te puedo prestar dinero y puedo hablar con los demás. Igual una temporada te podemos ayudar.
-Yo me voy a poner a buscar trabajo rapidísimo, pero antes dormiré la resaca, vale?
-Vale, tío. Sin problemas. ¿Quieres que te despertemos a alguna hora?
-Pues antes de comer si puede ser.
-Ve. Corre, ya te despertamos.

Se ven a los barrenderos recogiendo las hojas desde muchas perspectivas, a los carteleros “adornar la ciudad” coches patrullando y a los GEOS golpear a manifestantes. Las manifestaciones se producen en todo el mundo a raíz de la crisis.

Nuestro protagonista despierta con sudores. Va con rapidez a la cocina y bebe directamente del bote de leche. El piso está vacío. Hay una nota en la mesa del comedor:

“Perdona Emilio, nos hemos ido a la mani por la detención de unos compañeros mientras hacían piquetes”

(Todo en tonos azules) Se sienta en el sofá y empieza a cavilar. Recuerda a una de sus novias levantando el puño y siendo golpeada por la policía. No le gusta demasiado la idea de que las mujeres participen de ese tipo de política y cada vez menos que la gente se implique tanto. (Aquí terminan los tonos azules). Con una postura un tanto derrotista, pero, al menos, preocupada, le da otro sorbo a la leche, se viste y sale a la calle rápidamente. Cree escuchar consignas pero no le hace mucha gracia ir detrás de ese bullicio. Ahora prefiere verlo de lejos. Y, aún pareciéndole un poco absurda su postura, saca de su bolsillo una pegatina y se la pone:

“NOSOTROS NO SOMOS BASURA, VUESTRO SISTEMA LO ES”

Hay algunas pintadas en las calles –por las que no pasa ni un alma-. Ya es de noche. No alcanza a verlas bien:

“EL MISMO PE

CON DISTINTO

(De nuevo en azul) Recuerda algunas imágenes espantosas de Nicaragua, Chile, etc. Una gran náusea le sacude y siente ganas de vomitar. Se acerca hasta tapar su cuerpo con un bidón de basura y lo echa todo. Se tambalea, pero no pierde el conocimiento. Llora. Se toca la parte de la pegatina por si está manchada –en el lugar del corazón- y se pone a andar lo más rápido que puede porque se espera lo peor.

Llega a la manifestación cuando ya algunos se están yendo, pero aún hay mucha gente, tanto de pie como sentada. Se pone a llover justo cuando encuentra a sus compañeros de piso.

-Ey, ¿qué haces aquí?
-Estaba preocupado.
-Ya, otra de tus premoniciones –se ríe
-No hagas bromas, cabrón, que…
-Que qué? Venga un abrazo.

Se deja abrazar sin mucho entusiasmo.

-Bueno-el otro compañero de piso-no era lo que tú te esperabas.
-Mira, yo puedo tener un trauma o algo de eso porque viví lo de Nicaragua, pero vosotros llevad cuidado que en cualquier momento la policía se pone fiera, vale?
-Descansa tío, en serio
-Sí –se pone sarcástico-justo ahora que me han echado
-Ey, tío, no llores, va…

Se hace una pausa.

-Joder, ¿tú sabes lo que es perder a dos amigos? Eran como mis hermanos. Y hay gente que perdió mucho más…

-Pero la lucha continúa, o no?
-Sí, vale –quitándose las lágrimas-, pero tenéis que saber lo que os jugáis.
-Chacho, que no tiene por qué haber una masacre, ¡que estamos en la OTAN!
-Sí, muy gracioso…
-¿Qué hacemos, nos vamos a tomar algo?
-Yo necesito comer y de paso os vais a tragar todo el rollo que os voy a soltar.
-Pero sáltate lo del napalm.
-Ya te lo dije, no conozco a nadie de Europa afectado de napalm… y ahí lo dejo. Deberíais saberlo, porque os lo conté…
- (Interrumpe) Tío, que vas a asustar a la peña… poco a poco… ¡Ah! Tengo una buena noticia para ti y para todos…
-A ver
-Mi padre te va a conseguir curro de barrendero, lo jodío ya lo sabes: el horario; por lo demás está bien, buen salario…
-(Interrumpe el otro) Sí, que sí: ahora mientras el superrevolucionario da rienda a su aparato digestivo le vas contando.

Caminan tranquilamente excepto Emilio, que hace gestos con las manos, claramente nervioso e incluso asustado.

-De verdad te digo, ¿tú sabes lo que es ver estallar una bomba a diez metros de ti y no saber si justo en el lugar en que ha caído hay víctimas? Eres un niño y tienes que crecer en un par de días más de lo que crece un español en cinco años y tener los cojones para ir allí y asegurarte…
-Tío, que cambias la versión: antes eras más exacto, hablabas de veinte metros y siete años, o algo así, no?
-Bah, tú me entiendes, no?
-(El cuarto acompañante que quiere tomarse a broma también todo esto, interviene con una sonrisa) A mí me recordáis al trocito del Zaratustra que habla de los grandes despreciadores
-(los otros dos casi a coro) “que serán los grandes veneradores” –y se ríen.

Emilio vuelve a despreciar y entonces se ríen los tres, mientras que Emilio les dedica una sonrisa forzada o sarcástica.

Se hace un pequeño silencio y Emilio les dice: “algunos de vosotros tenéis tres o más años que yo, pero para algunas cosas tenéis que espabilar”

-Quillo, eres demasiado crítico.
-Vosotros a vuestra manera también.
-No lo podrás ser tanto cuando empieces a trabajar de barrendero
-Antes trabajaba de camarero y no me cortaba un pelo
-Porque te toman por loco.
-No, porque no me dirijo directamente a las personas, sino a como están montadas las cosas. No soy tonto: no le levanto la voz al jefe. Y hago bien mi trabajo.
-¿Y por qué te han echado entonces?
-Por fumarme un canuto.
-¿Sólo por eso?... y le levantaste la voz al jefe, no?
-Pues la verdad es que debería haberlo hecho, pero mira, me fui y ya está
-Y se quedaron con todo el costo
-Mira que estás dando la vara

Por fin se ríen todos. De nuevo Emilio mira el televisor del bar: niños palestinos son atacados por sionistas. Se anticipa:

“no hagáis bromas, vale, ahora no”
-¿Por qué?-dice uno de ellos suavemente
-Tengo dos hijos palestinos, mellizos, nunca los he visto, pero aún así
-Quillo, cuentas algunas cosas que son difíciles de creer y perdona que me ría
-¿Sabes lo que digo yo ante esas cosas, en última instancia: qué más da que te mientan si la mentira es sabrosa? Te lo digo en serio. No es morbo… las tapas de este bar están buenísimas.

-Oiga- se dirige al dueño del bar, tiene la mirada perdida en recuerdos sobre Palestina- ¿puede poner el fútbol?

Pasa lentamente el día –suena Reign on me, en versión de Pearl Jam-, hasta que se hace la noche –hacen falta varias tomas: que no sea como ver crecer una flor a cámara rápida, se entiende-.

Están los amigos en una discoteca. A penas se oyen.

-Espero que no pongan a Alaska
-Y yo espero que no pongan a Beck
-¡¿Qué dice este?!
-¡Que preferiría estar en un pub de ambiente!
-¡jajaja, por probar que no quede!

La noche pasa con distinta suerte. Suena el despertador. Emilio teme llegar tarde a su primer día de trabajo. Sádicamente sus compañeros se han levantado antes que él y le dedican la canción “Good Morning”

De nuevo camina mirando los carteles:

“NO A LA GUERRA IMPERIALISTA”

“BASES FUERA”

Y de nuevo, con una actitud absurda, le dan ganas de quitar el segundo cartel. Bucea en sus recuerdos y otra vez Nicaragua y, por primera vez en mucho tiempo: Uruguay. Suceden distintos tipos de guerras: guerrilla urbana, guerra de guerrillas, guerra de liberación nacional, guerra imperialista, conflicto interimperialista y que se noten las diferencias.

Al llegar al trabajo, lo de siempre: presentaciones, entrevista y “puesta a punto”. Sin embargo se le ve bastante tranquilo


LA IDEA DEL CORTO ES QUE SE VEA REFLEJADA LA SITUACIÓN PARTICULAR DE UN CHAVAL Y SUS AMIGOS Y, AL MISMO TIEMPO LA DEL MUNDO, MEDIANDO TALES COSAS COMO LAS LUCHAS, LOS RECUERDOS Y LAS REFLEXIONES.

Por mi ya está. Ahora a por el siguiente paso…

No hay comentarios:

Publicar un comentario