FUNDAMENTOS (FILOSÓFICOS) DEL MATERIALISMO MARXISTA (Opúsculo)
Gracias a Louis, Martha, y la inspiración de los estudiantes
de Granada
SER, REALIDAD, EXISTENCIA
Esto es un discurso (concatenación de ideas con un sentido). Todo
discurso presupone un ser humano que ha formulado ese discurso a partir de
algún conocimiento (totalidad o conjunto de ideas interrelacionadas) o una
realidad que es conocida por un ser humano. Se entiende que en el primer caso
la relación es ser humano®realidad y que en el segundo caso es realidad®ser humano (esto implica, una relación ser
activo®ser pasivo, como pasa al principio con el cachorro humano). Antes de
seguir hagamos la siguiente afirmación materialista-realista (véase el apartado
dedicado al materialismo): “el ser es anterior a la idea”, en oposición a la
afirmación idealista “la idea es anterior al ser”(esto justificaría las ideas
deístas), es decir, que había una
realidad antes que el ser humano (se puede decir esto tanto del ser humano
genérico como del ser humano concreto) y que, por lo tanto, la realidad existe
independientemente de que produzcamos su conocimiento. ¿Se puede dudar de
esto?.
Hay filósofos que lo han hecho y que incluso han cuestionado la existencia de la realidad más palpable y del ser humano (la existencia más palpable es la de su entorno, la de uno mismo y la de su conocimiento). Descartes dudaba de su existencia. Afirmar que uno mismo no existe es algo tan absurdo que no se me ocurren comparaciones...
Hay filósofos que lo han hecho y que incluso han cuestionado la existencia de la realidad más palpable y del ser humano (la existencia más palpable es la de su entorno, la de uno mismo y la de su conocimiento). Descartes dudaba de su existencia. Afirmar que uno mismo no existe es algo tan absurdo que no se me ocurren comparaciones...
(…) La
relación de los pensamientos y su recuperación a través de la memoria forman el
conocimiento o saber.
Frente a la existencia, también llamada realidad, ser, lo que existe (o lo que ha existido), lo que
está siendo (o lo que ha sido)
los filósofos han opuesto los términos mundo
de las ideas, la mónada, lo absoluto, etc. Cuando decimos que los fantasmas
no existen estamos diciendo que no existen “fuera de nosotros”, más en
concreto, “fuera de nuestro pensamiento”: no se cuestiona el que una persona
pueda pensar en un fantasma o que, incluso, lo haga considerándolo no como mero
pensamiento suyo sino como “cosa” fuera de él mismo (una sábana moviéndose,
medio transparente y volando por el aire ¡para aclararlo al máximo!).
Tendríamos que distinguir, entonces entre EXISTENCIA REAL y EXISTENCIA IRREAL. Desde el mismo momento en que pensamos un fantasma éste existe (ahí está el poder del pensamiento), pero existe sólo en nuestro pensamiento (ahí está su limitación, consciente a veces, inconsciente otras). El pensamiento mismo estaría incluido en la existencia real. Se puede hablar e incluso investigar sobre la existencia real y la existencia irreal (sobre las supersticiones, las creencias religiosas, aunque no tiene porque ser negativo: la imaginación placentera, o puede ser más peligroso que un acto de fe personal: un delirio, un miedo terrible e irracional), pero no se puede decir nada sobre la irrealidad, inexistencia, el no-ser, precisamente porque su característica es el que nunca ha sido pensado por nadie (algunos filósofos hablaban de él y no se daban cuenta que al hacerlo y darle características dejaba de ser lo que era: el no-ser ¡sonará a "vacilada"!, peo es decir también que e puede dar con neologismos o "cosas sin nombre").
Cuando Parménides habla del no-ser (o cuando algunos traductores dicen que Parménides habla del no-ser) está haciendo referencia a la “vía de la opinión” (en oposición a la “vía de la verdad”), que es algo que evidentemente existente, aunque sólo sea en la cabeza de Parménides. Esto es todo lo que se puede decir sobre el no-ser, es decir, nada o muy poco. Ahora bien, es famosa la frase en boca de Hamlet, un personaje de Shakespeare, con un sentido muy distinto…
RELACIONADO CON EL TEXTO EL ALMA Y LAS ALMAS y MÁS ALLÁ DE LAS DEIDADES
Tendríamos que distinguir, entonces entre EXISTENCIA REAL y EXISTENCIA IRREAL. Desde el mismo momento en que pensamos un fantasma éste existe (ahí está el poder del pensamiento), pero existe sólo en nuestro pensamiento (ahí está su limitación, consciente a veces, inconsciente otras). El pensamiento mismo estaría incluido en la existencia real. Se puede hablar e incluso investigar sobre la existencia real y la existencia irreal (sobre las supersticiones, las creencias religiosas, aunque no tiene porque ser negativo: la imaginación placentera, o puede ser más peligroso que un acto de fe personal: un delirio, un miedo terrible e irracional), pero no se puede decir nada sobre la irrealidad, inexistencia, el no-ser, precisamente porque su característica es el que nunca ha sido pensado por nadie (algunos filósofos hablaban de él y no se daban cuenta que al hacerlo y darle características dejaba de ser lo que era: el no-ser ¡sonará a "vacilada"!, peo es decir también que e puede dar con neologismos o "cosas sin nombre").
Cuando Parménides habla del no-ser (o cuando algunos traductores dicen que Parménides habla del no-ser) está haciendo referencia a la “vía de la opinión” (en oposición a la “vía de la verdad”), que es algo que evidentemente existente, aunque sólo sea en la cabeza de Parménides. Esto es todo lo que se puede decir sobre el no-ser, es decir, nada o muy poco. Ahora bien, es famosa la frase en boca de Hamlet, un personaje de Shakespeare, con un sentido muy distinto…
RELACIONADO CON EL TEXTO EL ALMA Y LAS ALMAS y MÁS ALLÁ DE LAS DEIDADES
Otros términos que me gustaría aclarar:
LO
CONCRETO. Aquello conocido y con existencia real.
LO
ABSTRACTO. Aquello genérico que sólo
existe en nuestro pensamiento, como existencia irreal (no existe “el caballo”,
sino “los caballos concretos”), pero sin embargo útil en cuanto nos sirve para
dar importancia a las semejanzas entre las cosas, en oposición a cuando
hablamos en términos concretos, donde se tiende a resaltar las diferencias,
simplemente porque no hay nada exactamente igual a otra cosa.
Otros
dirían de un modo “más radical: porque un
objeto no puede ocupar el lugar de otro objeto en el mismo momento, lo cual no vendría nada mal cuestionar.
La
diversidad que observamos en el mundo es muy concreta, pero también hay una
gran diversidad de abstracciones que han arrojado al mundo la filosofía y las
ciencias. También conceptos surgidos del género poético, por ejemplo.
Una definición siempre es abstracta, ya que define no a una cosa, sino
a un conjunto de cosas con características (se supone que las más importantes)
en común.
La realidad, cuando no se excluye nada es el Universo y cuando se
habla de una realidad es la totalidad concreta de algo delimitado.
Cualquier teoría que quiera hablar
de la realidad no sólo es una totalidad creciente de realidades concretas (la
“totalidad concreta” de la que habla Lenin), sino también una totalidad
creciente de realidades abstractas, estando ambas en permanente relación
mediante el proceso mental de la inducción-deducción.
Nota: la relación ser pasivo-ser
activo, no aporta nada nuevo a la cuestión del idealismo-materialismo, pero es
importante en cuanto a cómo en-caramos la aculturación. Tanto la conciencia
como el subconsciente (o inconsciente) se forma a partir de la relación padres-hijo/a, en la
cual los primeros son agentes activos y el segundo/a se enfrenta a un cúmulo de
sensaciones, la mirada, sonidos, etc.
Una vez hemos crecido nuestro conocimiento tampoco es “palpable” ni
literal ni metafóricamente, ya que el conocimiento propiamente dicho, y más el
científico o se memoriza o pasa a la represión, y si se memorizan pasajes
enteros y se reproducen tal cual deja de ser científico el asunto. Esto no
quiere decir que no haya gente lo suficientemente sana como para recordar
(vencer a la represión) y aplicar creadoramente esos conocimientos, que por
otra parte pueden proceder indistintamente de libros o experiencia cotidiana o
profesional.
Hasta donde yo llego los conocimientos que se extraen de la lectura de
Descartes no los hace más “palpables”, los hace cotidianos y de un sentido
común formidable. Él contaba con el autoengaño, pero no lo suficiente, como
tampoco contaba con la alienación profesional. Ambas cosas van parejas.
Dudar de la propia existencia es, por lo visto, un síntoma esquizofrénico
si se presenta de forma confusa, pero no es el caso de Descartes. Lo cierto es
que el razonamiento de Descartes es muy bueno, pero yo no llego a la misma
conclusión que él: pienso luego existo, da por sentado que la afirmación “yo me
pienso” es cierta e indubitable… ¡él, que parecía dudar de todo! Nietzsche y
Rimbaud se aproximaron si no daron con la clave: ¿quién es el yo? o ¿qué es el
yo? ¿“me”?, ¿somos sujetos plenipotenciarios de nuestro pensar? ¿“pienso”? ¿No
es rebajar demasiado la noción de “pensamiento” o “el pensar” al nivel de
“cualquier cosa que se nos pase por la cabeza”? Heidegger avanzó y Freud lo
encuadró todo muy bien: “ser es estar en la realidad/mundo”, “el yo es la parte
más abierta al mundo”(cito de memoria, perdón por los errores, seguro que los
hay), el yo no es nada más ni nada menos que el mediador, el interlocutor, o el
que negocia las exigencias del Superyó y ¿los instintos? del Ello. No hay
sujeto, por lo menos no un sujeto acabado, estamos permanentemente
construyéndonos y destruyéndonos aunque, evidentemente, lo segundo sólo es en
mayor medida que lo primero en los trastornos graves o bien ante las exigencias
de la autoridad-multitud. Aun así nadie esta libre de sufrir un cuadro de
ansiedad en un desastre natural, por ejemplo.
A veces la realidad nos exige y nos expone a situaciones a las cuales no podemos responder, nuestro “mundo interno” se conmueve y surge a la conciencia de forma alborotada, como un brote, agolpándose.
A veces la realidad nos exige y nos expone a situaciones a las cuales no podemos responder, nuestro “mundo interno” se conmueve y surge a la conciencia de forma alborotada, como un brote, agolpándose.
La conclusión a la que yo llego es PIENSO, LUEGO ESTOY EN EL MUNDO
(pensar no es la única forma de estar en el mundo, pero casi, ¿o es
defecto/alienación profesional?). Pienso,
luego estoy en el mundo como un humano.
…con lo fácil que es distinguir entre “hechos internos y hechos externos
a la conciencia/cuerpo” Esto se puede matizar, se puede acotar un hecho, se
pueden contrastar vivencias sobre un mismo hecho, se pueden vivir de maneras
tan distintas un mismo hecho, ¡para qué seguir hablando!
LA EXISTENCIA DEL PASADO, EL PRESENTE Y EL FUTURO
No hay
futuro ni pasado en la existencia. La existencia es sólo presente (Macaco)
Antes, si el lector se fija, se ha dejado de lado lo que existirá o lo que será,
y es que la filosofía parece olvidar el
futuro (la capacidad del ser humano de proyectar
e imaginar). ¿Qué distingue a lo que existe o lo ha existido de lo que
existirá? Es bien sencillo: lo pasado y lo presente no es lo mismo que lo
futuro porque éste está por llegar y, por lo tanto, es una existencia irreal
porque existe sólo en nuestro pensamiento. Lo futuro no es un no-ser si nos atenemos a la definición
anterior como lo nunca pensado por nadie y, por lo tanto, aquello de lo que no
se puede decir nada (evidentemente del futuro se pueden decir infinitas cosas,
aunque sean erróneas: EL MOVIMIENTO PUNK dijo: No future, una consigna claramente pesimista que invitaba a la
rebelión espontánea y que se confundía con un carpe diem totalmente
irresponsable. No niego la calidad de algunos grupos musicales de dicho
movimiento… pero, ¿por qué se les volvió en contra su propia consigna al poco
de nacer?, ¿vale decir como de otros movimientos que son asimilados por el
sistema?).
Este olvido de la filosofía hacia el futuro se da por la evidencia de que es más fácil acertar hablando de los primeros que no del segundo: “si no puedo hablar del futuro, éste no existe”, lo cual es estrictamente mentira, seamos o no Nostradamus.
¿Qué es el pasado?, ¿qué es el presente?, ¿qué es el futuro? Para definirlos no hace falta complicarse mucho la vida: pasado, presente y futuro es lo que los hablantes consideren que es en cada momento el pasado, el presente y el futuro. Estos términos que sólo existen en nuestro pensamiento (las ideas pasado, presente y futuro, no el pasado y el presente concretos que son existencias reales y el futuro concreto que es una existencia irreal) y que no se pueden trasladar a la existencia real simplemente porque éstos no son absolutos, es decir, una cosa (un lago, un tigre, etc.) puede ser al mismo tiempo pasado, presente y futuro; se caracterizan por su utilidad para situar cuerpos y procesos cuando no tenemos la necesidad de especificar más (año, día, hora, etc). Esta “vaguedad” también la encontramos a la hora de diferenciar el pasado, el presente y el futuro entre sí: ¿a partir de que momento algo deja de ser pasado para ser presente?, cuando hablamos del futuro más inmediato, ¿no estamos hablando (en el tiempo que hablamos) de algo presente o, incluso, ya pasado? Para resolver esta “duda filosófica” me remito a la definición de pasado, presente y futuro como lo que consideren los hablantes qué es cada cosa.
Los ingleses tienen en la “continuidad” toda una gama para resolver estos problemas que no resuelve del todo el castellano, ¿no?
Este olvido de la filosofía hacia el futuro se da por la evidencia de que es más fácil acertar hablando de los primeros que no del segundo: “si no puedo hablar del futuro, éste no existe”, lo cual es estrictamente mentira, seamos o no Nostradamus.
¿Qué es el pasado?, ¿qué es el presente?, ¿qué es el futuro? Para definirlos no hace falta complicarse mucho la vida: pasado, presente y futuro es lo que los hablantes consideren que es en cada momento el pasado, el presente y el futuro. Estos términos que sólo existen en nuestro pensamiento (las ideas pasado, presente y futuro, no el pasado y el presente concretos que son existencias reales y el futuro concreto que es una existencia irreal) y que no se pueden trasladar a la existencia real simplemente porque éstos no son absolutos, es decir, una cosa (un lago, un tigre, etc.) puede ser al mismo tiempo pasado, presente y futuro; se caracterizan por su utilidad para situar cuerpos y procesos cuando no tenemos la necesidad de especificar más (año, día, hora, etc). Esta “vaguedad” también la encontramos a la hora de diferenciar el pasado, el presente y el futuro entre sí: ¿a partir de que momento algo deja de ser pasado para ser presente?, cuando hablamos del futuro más inmediato, ¿no estamos hablando (en el tiempo que hablamos) de algo presente o, incluso, ya pasado? Para resolver esta “duda filosófica” me remito a la definición de pasado, presente y futuro como lo que consideren los hablantes qué es cada cosa.
Los ingleses tienen en la “continuidad” toda una gama para resolver estos problemas que no resuelve del todo el castellano, ¿no?
El pasado y el presente en cuanto
que realidades son aspectos objetivos del discurso y el futuro (en cuanto que
realidad proyectada e imaginada) contiene aspectos tanto
objetivos como subjetivos. Ahora comprenderá plenamente el
lector esta observación:
OBJETIVISMO Y SUBJETIVISMO
Pero sigamos con el discurso J habíamos
quedado en que se presupone un ser humano concreto o sujeto (yo en este caso) y
la realidad en sí para el planteamiento de cualquier cuestión, fuese de la índole que fuese; y que ambos son “puntos
de vista” desde los que plantear cualquier cuestión. Dichos puntos de vista se
podrían calificar como objetivismo y subjetivismo
respectivamente. Desde el subjetivismo puedo decir “yo soy bajo, guapo, etc.”;
“yo convivo en familia”. Desde la objetivismo se dice: “la realidad es una
totalidad cuya parte ínfima es el ser humano”. Comprendemos en seguida que la
personalidad/impersonalidad de las afirmaciones anteriores no son meramente
formales sino que responden a “dos exageraciones”: 1º a la utópica
característica de la visión objetiva defendida por algunos filósofos de
pretender situarse totalmente fuera
de sí mismos. Podría parecer entonces que el subjetivismo es la única
posibilidad de conocimiento que tiene el ser humano, pero, ya que hemos
planteado el caso extremo del objetivismo, planteemos también su opuesto: 2º el
solipsismo, que se caracteriza por
afirmar que el único objeto de conocimiento posible es uno mismo, el yo (en la
“práctica” su equivalente es el individualismo absoluto). Bien es verdad que el
objetivismo puro y el solipsismo nunca se dan en ninguna teoría mínimamente
desarrollada y sólo son afirmaciones hechas históricamente por los filósofos más pesimistas o
pretenciosos. Si estas afirmaciones no dan pie al desarrollo de ninguna teoría
coherente es porque la primera implicaría un individuo aislado no sólo de
personas sino también de cualquier otra cosa, y porque la segunda requeriría un
Dios.
PREMISAS DEL CONOCIMIENTO INTERSUBJETIVO:
Frente a estas dos visiones el materialismo afirma la posibilidad y
necesidad del conocimiento, así como la realidad previa antes de todo
conocimiento de una sociedad con seres humanos que conocían y que son en parte
causantes del conocimiento de los próximos seres humanos (el conocimiento no
sólo es activo, sino pasivo: lo construimos, pero a partir de algo ya dado). Elimina el abismo entre la
ontología (teoría de la realidad) y la epistemología (teoría del conocimiento).
Una realidad concreta y la idea de esa realidad concreta son cosas distintas (como en el cuadro “Esto no es una pipa, es el dibujo de una pipa”… sí: suena gracioso, ¡como si alguien fuera a ponerle tabaco al cuadro y fumar ¡de él!), pero no tienen porqué ser antagónicas: es cierto que no se puede conocer una cosa plenamente, pero, en caso de ser posible, ¿merecería la pena dedicar toda una vida a ello?. El objetivo de todo materialismo es producir el conocimiento básico-efectivo y suficiente de la realidad.
Se conocería adecuando nuestro pensamiento a la realidad y no al revés: adecuando la realidad a nuestro pensamiento (esto no implica “someterse” a ella). Para que el conocimiento sea “productivo” tiene que ser intersubjetivo: tienen que comprenderlo las demás personas. Esto no es difícil si se habla "en el idioma de los demás", como recordaba el profesor…
Una realidad concreta y la idea de esa realidad concreta son cosas distintas (como en el cuadro “Esto no es una pipa, es el dibujo de una pipa”… sí: suena gracioso, ¡como si alguien fuera a ponerle tabaco al cuadro y fumar ¡de él!), pero no tienen porqué ser antagónicas: es cierto que no se puede conocer una cosa plenamente, pero, en caso de ser posible, ¿merecería la pena dedicar toda una vida a ello?. El objetivo de todo materialismo es producir el conocimiento básico-efectivo y suficiente de la realidad.
Se conocería adecuando nuestro pensamiento a la realidad y no al revés: adecuando la realidad a nuestro pensamiento (esto no implica “someterse” a ella). Para que el conocimiento sea “productivo” tiene que ser intersubjetivo: tienen que comprenderlo las demás personas. Esto no es difícil si se habla "en el idioma de los demás", como recordaba el profesor…
INTERSUBJETIVIDAD
Desde la intersubjetividad decimos: “yo, al igual que el resto de seres
humanos, no somos independientes de la realidad, sino que mantenemos una
relación de reciprocidad: nosotros la cambiamos y ella nos cambia a nosotros”.
Dentro de la intersubjetividad del discurso podemos distinguir, nunca
identificándolos ni tampoco “haciéndolos independientes”, los aspectos
objetivos y los subjetivos. (consideremos conocimiento
como construcción mental hecha de una o más ideas importantes en la medida que explican "aquello que buscamos"... aún cuando el conocimiento se dé, muy pocas veces, es cierto, "de rebote").
Esto quiere decir que en un sujeto concreto (yo) se entrecruzan los conocimientos objetivos (verdades incuestionables) y los conocimientos subjetivistas: construcciones mentales que no se adecuan a la realidad (falsedades), junto con concepciones de cómo tendría o debería ser la realidad (aproximaciones, opiniones y deseos tanto del pasado y el presente como del futuro).
Debo dejar claro que la subjetividad, al modo de entender leninista, es otra cosa muy distinta, en tanto "factor", que condiciona la lucha. Lascondiciones subjetivas, que deben darse para la insurrección-revolución-ruptura o transformación radical consisten en el grado de organización de las fuerzas obreras y populares (estudiantes, pequeños profesionales, etc.)
Esto quiere decir que en un sujeto concreto (yo) se entrecruzan los conocimientos objetivos (verdades incuestionables) y los conocimientos subjetivistas: construcciones mentales que no se adecuan a la realidad (falsedades), junto con concepciones de cómo tendría o debería ser la realidad (aproximaciones, opiniones y deseos tanto del pasado y el presente como del futuro).
Debo dejar claro que la subjetividad, al modo de entender leninista, es otra cosa muy distinta, en tanto "factor", que condiciona la lucha. Lascondiciones subjetivas, que deben darse para la insurrección-revolución-ruptura o transformación radical consisten en el grado de organización de las fuerzas obreras y populares (estudiantes, pequeños profesionales, etc.)
ASPECTOS OBJETIVOS DEL DISCURSO
Los aspectos objetivos o verdades incuestionables del conocimiento no se
pueden entender como absolutos, sino que son aquellas construcciones mentales
hechas a partir de una percepción colectiva. Por ejemplo, tal cosa es azul
porque un colectivo ha delimitado más o menos lo que es azul de lo que no lo es
y lo ha enseñado a las generaciones posteriores (¿semántica?, ¿es una cuestión
puramente semántica?) y porque por todo el colectivo es percibido como azul
gracias a atributos que son comunes a las personas de ese colectivo como la
percepción de los colores. Se entiende entonces que esta verdad incuestionable
será aceptada por todo conocedor de ese lenguaje y que al mismo tiempo perciba
igual.
Los aspectos objetivos son convenciones en cuanto que dependen del lenguaje y la percepción (ni todos hablamos la misma lengua ni todos percibimos igual, aunque esto sea debido mayormente a características innatas…). Los aspectos objetivos del conocimiento son, por lo tanto verdades intersubjetivas.
Los aspectos objetivos son convenciones en cuanto que dependen del lenguaje y la percepción (ni todos hablamos la misma lengua ni todos percibimos igual, aunque esto sea debido mayormente a características innatas…). Los aspectos objetivos del conocimiento son, por lo tanto verdades intersubjetivas.
El hecho de que donde una persona ve un “azul tirando a verde” otra vea
un “verde tirando a azul” no cambia mucho las cosas: ambas son verdades
intersubjetivas, verdades que no se excluyen… ¡y menos entre los tortolitos!,
¿no?
Hasta aquí se ha hablado del conocimiento, pero para hablar de
“intersubjetividad” con pleno derecho y no aislar al conocimiento, habría que
hablar de INTERSUBJETIVIDAD DEL DISCURSO (el diálogo, cualquier forma escrita y
el pensamiento no son más que distintas clases de discurso).
En el pensamiento de uno consigo mismo, es decir en el pensamiento que no
va dirigido al habla, al diálogo, no tiene sentido hablar de mentiras, si por estas entendemos las
ideas que son producidas conscientemente sólo como existencias irreales, es
decir, como engaño. Cuando decimos que tal o cual chico se está engañando a sí
mismo lo que estamos diciendo es que se equivoca, pero no que se equivoca
conscientemente. Si lo hace desde la consciencia se trata de una patología, puede que neurosis –es sólo un apunte-.
A nivel moral esto no está bien ni mal, puesto que en sí mismo es inevitable; de hecho la escuela de Freud y Reich llamaba la atención sobre la prevención de las neurosis; las psicosis se suelen curar en un entorno favorable y el modo de prevenirlas es más social: cuando una sociedad deja de tener opresor afuera o dentro de la familia, ¿qué perseguidor puede haber?, ¿un recuerdo? Está claro que muchos recuerdos “se curan” con nuevas y buenas vivencias
A nivel moral esto no está bien ni mal, puesto que en sí mismo es inevitable; de hecho la escuela de Freud y Reich llamaba la atención sobre la prevención de las neurosis; las psicosis se suelen curar en un entorno favorable y el modo de prevenirlas es más social: cuando una sociedad deja de tener opresor afuera o dentro de la familia, ¿qué perseguidor puede haber?, ¿un recuerdo? Está claro que muchos recuerdos “se curan” con nuevas y buenas vivencias
Anotación: la percepción puede cambiar si se altera el lenguaje empleado y a
la inversa, pero más lo primero.
Pero me planteo lo siguiente, desde el punto de vista del conocimiento,
¿lo único que interesa no es generar mayor conocimiento? De nuevo topamos con
la moral, y está bien que así sea, yo no voy a plantear una moral amoral como
hacía Rimbaud, es decir aceptar como bueno o malo solo aquellas cosas que uno hace
por necesidad, hacer de la libertad una
necesidad en todo momento. En cuanto a la conciencia de la mentira, allá
cada cual con su conciencia. Mi objetivo es mentir y mentirme lo menos posible.
Y esto me sirve para plantear lo siguiente:
la alienación necesaria, que se podría llamar también autoengaño
necesario... no quiero dar definición alguna y el nombre puede variar, la idea ya
está en muchos pensadores. Agruparía, este tipo de engaño todos aquellos
procesos psíquicos encubridores, que tapan un hecho o lo adulteran. A veces
hasta dejarlo irreconocible. No es la causa, pero si un hilo el hecho de que
estos procesos hagan lo propio con los hechos que encubren debido a que son
insoportables por la persona que los vive. Me planteo una duda: ¿Cómo vamos a hacer
responsable de nada a un tipo que se ve sometido (al menos él lo vive así) por
estos procesos? O de otra forma: ¿no es uno mismo el único responsable ante sus
propios pensamientos o lo que sea (delirios, obsesiones, etc)?
Aquí entra evidentemente la posibilidad de una relación conflictiva con el medio, y yo no estoy en disposición ahora mismo para decir como se resuelve, pero desde luego los Manicomios no parecen la solución.
Aquí entra evidentemente la posibilidad de una relación conflictiva con el medio, y yo no estoy en disposición ahora mismo para decir como se resuelve, pero desde luego los Manicomios no parecen la solución.
En cuanto a un posible autoengaño sobre el futuro, no existe tal a menos
que la idea sea muy descabellada. Otra cosa es fantasear, práctica muy positiva
y recomendable…, y si no da igual, lo
aconseja el cuerpo que quiere ver cumplidos sus deseos
ASPECTOS SUBJETIVOS O IDEOLÓGICOS DEL DISCURSO
De la misma forma los aspectos subjetivos tampoco se pueden entender como
absolutos, simplemente porque no existe un sujeto independiente, un individuo
aislado; en todo caso un individuo social, que no se puede entender sino en
relación con un amplio espectro de individuos sociales.
Los aspectos subjetivos del discurso no son más que la ideología. Hay una “ideología consciente”, que es la que se da cuando hacemos una aproximación en pos de saber, cuando opinamos o deseamos, (pues somos conscientes de que opinamos y deseamos). Si no es así estamos falseando la realidad.
Los aspectos ideológicos son verdades relativas, verdades relativas a la posición que ocupamos en la sociedad, la cual está determinada por nuestras relaciones sociales. Si alguien dice que X está bien y otro dice que no, que está mal, ambas son verdades relativas porque se excluyen, son antagónicas porque no dependen de la percepción (la cual es más o menos igual en todos los seres humanos) o del lenguaje, sino de la ideología personal (lo que no impide que haya aspectos ideológicos generalizables a varias, a muchas personas).
Los aspectos subjetivos del discurso no son más que la ideología. Hay una “ideología consciente”, que es la que se da cuando hacemos una aproximación en pos de saber, cuando opinamos o deseamos, (pues somos conscientes de que opinamos y deseamos). Si no es así estamos falseando la realidad.
Los aspectos ideológicos son verdades relativas, verdades relativas a la posición que ocupamos en la sociedad, la cual está determinada por nuestras relaciones sociales. Si alguien dice que X está bien y otro dice que no, que está mal, ambas son verdades relativas porque se excluyen, son antagónicas porque no dependen de la percepción (la cual es más o menos igual en todos los seres humanos) o del lenguaje, sino de la ideología personal (lo que no impide que haya aspectos ideológicos generalizables a varias, a muchas personas).
Cuando en un discurso o conocimiento se dan cosas por verdad no siendo más
que producto de los intereses, deseos u opiniones del que habla o piensa, a eso
le llamamos aspectos ideologizados.
No hay que confundirlos con los aspectos
ideológicos. Podríamos decir que son mentiras inconscientes (aunque el
grado de inconsciencia es cuestionable).
LA FINALIDAD Y LAS PREFERENCIAS DEL
CONOCIMIENTO
Quiero hacer antes de nada la aclaración de que el pensamiento
(lamentablemente, en mi opinión) no puede hacer que las cosas cambien
directamente. Sólo es a través de nuestras capacidades
corporales (especialmente el habla y la habilidad de nuestras manos) como
el pensamiento cambia el mundo. Este es el poder (o la impotencia) del
pensamiento. El cambio del mundo, en un sentido marxista o socialista queda
sentado teóricamente desde las Tesis de Feuerbach…
El conocimiento no existe para
nada. Hay quien lo desprecia (“absolutiza” la práctica) y hay quien lo diviniza
defendiendo el conocimiento por el conocimiento (“absolutiza” la teoría).
Pensemos que la acumulación de conocimientos y la conciencia de su relación es un proceso. Se puede decir también que siempre es un proceso inacabado, ya que nunca llegamos a conocerlo todo, como tampoco aprendemos todo al mismo tiempo. De aquí que todo ser humano establezca preferencias (de acción y de conocimiento en tanto que acción). En este sentido hay teorías que centran su atención en distintos ámbitos: el egocentrismo (lo primordial es uno mismo, reflexionar sobre uno mismo, introspección), el antropocentrismo (a continuación nos detendremos en él), el naturalismo (la naturaleza es el principio de todo) y el teologismo (hay que conocer ¡y amar! a Dios). Qué decir que al menos el egocentrismo y el naturalismo tienen algún sentido, pero, ¿el teologismo?: ¿existe Dios?, ¿se puede decir algo de él?, en caso de existir, ¿necesitamos saber algo de él?
Pensemos que la acumulación de conocimientos y la conciencia de su relación es un proceso. Se puede decir también que siempre es un proceso inacabado, ya que nunca llegamos a conocerlo todo, como tampoco aprendemos todo al mismo tiempo. De aquí que todo ser humano establezca preferencias (de acción y de conocimiento en tanto que acción). En este sentido hay teorías que centran su atención en distintos ámbitos: el egocentrismo (lo primordial es uno mismo, reflexionar sobre uno mismo, introspección), el antropocentrismo (a continuación nos detendremos en él), el naturalismo (la naturaleza es el principio de todo) y el teologismo (hay que conocer ¡y amar! a Dios). Qué decir que al menos el egocentrismo y el naturalismo tienen algún sentido, pero, ¿el teologismo?: ¿existe Dios?, ¿se puede decir algo de él?, en caso de existir, ¿necesitamos saber algo de él?
En cuanto al antropocentrismo,
decir que es el más válido (esto se demostrará a continuación) siempre que no
se entienda éste como la discriminación hacia otras sociedades o como que el
hombre es la “finalidad de la naturaleza”, para lo que ha sido creada; ni
tampoco la prohibición del pensar e investigar a personas determinadas o a uno
mismo, aunque preferentemente tengan que ser personas con una importancia
notable. El antropocentrismo bien entendido podría resumirse en dos frases: “el
hombre es la medida de todas las cosas”, pero también: “no hay cosas
no-interesantes, sino personas no interesadas, aunque algunas…”.
Como el ser humano es social, es decir, que no se le puede entender como
individuo aislado y sin relación con ninguno de su especie, necesariamente nuestros conocimientos van
encaminados a actuar (actuar ya implica “cambiar”, “transformar algo”) en
nuestra sociedad, es decir, a actuar con alguien y/o para alguien y
¿contra? alguien. Y nótese que digo “van encaminados” con el sentido de
finalidad, pero no como “un sentido al que podamos dar a nuestras vidas”: ¿o no
sería absurdo hacer las cosas por hacerlas, caminar por caminar?”. Sería de
esperar que todo conocimiento tenga una finalidad práctica, una cristalización
en el mundo real, incluso, aunque sorprenda, este opúsculo o alguna
metafísica).
Puede que en un futuro el conocimiento por el conocimiento sea una práctica común, pero ahora cuando la mayoría de la humanidad no tiene tiempo ni para recuperarse del trabajo (y eso cuando puede cubrir sus necesidades básicas), plantear esta posibilidad es una necia utopía y, por si fuera poco, con una necedad que nace del aburrimiento y termina en el aburrimiento. Lo mejor es que los que “disfrutamos” de algunas horas arrebatadas al capital les dejemos este peculiar comportamiento a la creme bourgueois y nos dediquemos a otros menesteres... pero ojo, no quiere decir esto que cualquier teoría o conocimiento que no tenga aplicación inmediata la tengamos que despreciar como inservible.
Puede que en un futuro el conocimiento por el conocimiento sea una práctica común, pero ahora cuando la mayoría de la humanidad no tiene tiempo ni para recuperarse del trabajo (y eso cuando puede cubrir sus necesidades básicas), plantear esta posibilidad es una necia utopía y, por si fuera poco, con una necedad que nace del aburrimiento y termina en el aburrimiento. Lo mejor es que los que “disfrutamos” de algunas horas arrebatadas al capital les dejemos este peculiar comportamiento a la creme bourgueois y nos dediquemos a otros menesteres... pero ojo, no quiere decir esto que cualquier teoría o conocimiento que no tenga aplicación inmediata la tengamos que despreciar como inservible.
El filósofo es el único animal que se coloca en el centro del universo,
en la Realidad, para descender en la dirección que quiera... de esta forma,
parece hasta compresible que pocas veces descubran al ser humano y mucho menos
a la clase trabajadora... ¿y con qué finalidad desciende?. Se aburre, simplemente se aburre. Algo tan
terrenal como eso, que se ha notado en toda la filosofía eclesiástica e incluso
Hegel y de forma explícita ¡como denuncia! en Baudelaire. El filósofo deja de serlo cuando bebe, come,
duerme, se viste, etc., siendo entonces una constante negación de sí mismo... (¡es para pensárselo!)
¿SON NEUTRALES LA FILOSOFÍA Y LA CIENCIA?
Pretensión vana la de los filósofos
y científicos el pensar que lo que ellos hacen directamente (filosofía y
ciencia) es neutral, es decir, no reproduce de alguna forma la ideología del
rey que los mantiene en la corte, no sirve a los intereses de la empresa
farmacéutica que los ha contratado, al gobierno que les ha pedido que inventen una “bomba inteligente”, etc.
Entender la filosofía o la ciencia como pura teoría aislada de su repercusión real o de los intereses “ocultos” (a veces no tan ocultos) que alberga es no entender nada.
Los “soviéticos” habrán cometido demasiados errores (más de los que los comunistas hubiésemos deseado), pero lo que sí que hicieron bien en todo momento fue reconocer que su “ciencia” no era neutral.
Entender la filosofía o la ciencia como pura teoría aislada de su repercusión real o de los intereses “ocultos” (a veces no tan ocultos) que alberga es no entender nada.
Los “soviéticos” habrán cometido demasiados errores (más de los que los comunistas hubiésemos deseado), pero lo que sí que hicieron bien en todo momento fue reconocer que su “ciencia” no era neutral.
Si los filósofos y científicos dicen que su actividad es neutral e
imparcial es porque, o bien nos mienten y son conscientes de ello, o bien no
tienen claro que la objetividad es una quimera y que la filosofía y la ciencia la hacen seres humanos concretos
con intereses también muy concretos. Sartre decía que había que comprometerse, “mancharse las
manos”. Olvidaba que nos manchamos aunque no queramos. Como decía aquel “todos
los días nos revolcamos en el fango de la vida”.
Por supuesto, esto no quiere decir que los filósofos y los científicos
estuviesen equivocados en todo.
Precisamente lo que hace el marxismo es recoger los conocimientos científicos positivos y ponerlos sobre una nueva base: los intereses del proletariado –o de la clase trabajadora-, que no son más que la necesidad y deseabilidad de destruir la actual sociedad de clases: el capitalismo (tienen más intereses, por supuesto, pero no atribuibles a toda la clase trabajadora en su conjunto).
El marxismo no desprecia las aportaciones de la filosofía y la ciencia positiva (sobre todo ésta, en cuanto que ha sido la que más aportaciones ha hecho al análisis riguroso de la realidad) y un ejemplo conocido son los elogios que Marx le dedicaba (y con razón) a La evolución de las especies de Darwin, por considerar que dicha teoría era una interpretación "justa" acerca de los seres vivos, o, dicho de ora forma: la mejor explicación que se tenía en el momento de los fenómenos naturales. Sin embargo no se puede calificar de comunista el trabajo de Darwin porque no hace propuestas sobre cómo se podrían poner en práctica los conocimientos que aporta la teoría de la evolución para mejorar la vida, no ya de los trabajadores, sino de la humanidad en su conjunto (esto no quita para que otros puedan buscar una aplicación de esta teoría y de hecho lo hallan logrado: a estos podríamos llamar biólogos de nuevo tipo).
Precisamente lo que hace el marxismo es recoger los conocimientos científicos positivos y ponerlos sobre una nueva base: los intereses del proletariado –o de la clase trabajadora-, que no son más que la necesidad y deseabilidad de destruir la actual sociedad de clases: el capitalismo (tienen más intereses, por supuesto, pero no atribuibles a toda la clase trabajadora en su conjunto).
El marxismo no desprecia las aportaciones de la filosofía y la ciencia positiva (sobre todo ésta, en cuanto que ha sido la que más aportaciones ha hecho al análisis riguroso de la realidad) y un ejemplo conocido son los elogios que Marx le dedicaba (y con razón) a La evolución de las especies de Darwin, por considerar que dicha teoría era una interpretación "justa" acerca de los seres vivos, o, dicho de ora forma: la mejor explicación que se tenía en el momento de los fenómenos naturales. Sin embargo no se puede calificar de comunista el trabajo de Darwin porque no hace propuestas sobre cómo se podrían poner en práctica los conocimientos que aporta la teoría de la evolución para mejorar la vida, no ya de los trabajadores, sino de la humanidad en su conjunto (esto no quita para que otros puedan buscar una aplicación de esta teoría y de hecho lo hallan logrado: a estos podríamos llamar biólogos de nuevo tipo).
QUÉ ES LA FILOSOFÍA Y QUÉ ES LA CIENCIA
Pero hemos hablado de filosofía y de ciencia, y no tenemos una definición
precisa de ambas.
Históricamente (repetidamente a lo largo de los años) y de parte del vulgo, se ha considerado a la filosofía, independientemente de los temas que trate, como el conocimiento por el conocimiento mismo. Podríamos decir que es la actividad intelectual monista e ideologizada en algún aspecto que, o bien no tiene utilidad social, o bien ésta no es reconocida por el filósofo. Pero hay quien piensa que la Filosofía enseña cosas profundas, e incluso, radicales.
Históricamente (repetidamente a lo largo de los años) y de parte del vulgo, se ha considerado a la filosofía, independientemente de los temas que trate, como el conocimiento por el conocimiento mismo. Podríamos decir que es la actividad intelectual monista e ideologizada en algún aspecto que, o bien no tiene utilidad social, o bien ésta no es reconocida por el filósofo. Pero hay quien piensa que la Filosofía enseña cosas profundas, e incluso, radicales.
La ciencia, esto es, las instituciones científicas, históricamente
arrebatan campos de estudio a la filosofía, pero ésta se empeña en seguir
teniendo una visión unitaria de las cosas. Se podría decir que un filósofo sin
sistema no es un filósofo. Últimamente los filósofos se dedican, como Savater,
a opinar sobre tal o cual asunto y no a crear sistemas nuevos o a modificar o
defender los anteriores.
Así que la filosofía ha muerto. ¿Por qué? Pues porque ésta ya sólo consiste en una mirada hacia atrás (Historia de la filosofía). Los filósofos siguen teniendo trabajo, pero este se ha modificado en gran manera (y no porque su jornada laboral haya aumentado): del Universo se encarga la Física y la Astronomía, de los seres vivos la Biología, del ser humano la Antropología, la Historia, etc.... ¿qué le queda a la filosofía? Pues lo que no puede ser objeto de ciencia y las verdades últimas de la realidad y del pensamiento.
Así que la filosofía ha muerto. ¿Por qué? Pues porque ésta ya sólo consiste en una mirada hacia atrás (Historia de la filosofía). Los filósofos siguen teniendo trabajo, pero este se ha modificado en gran manera (y no porque su jornada laboral haya aumentado): del Universo se encarga la Física y la Astronomía, de los seres vivos la Biología, del ser humano la Antropología, la Historia, etc.... ¿qué le queda a la filosofía? Pues lo que no puede ser objeto de ciencia y las verdades últimas de la realidad y del pensamiento.
Lo que no puede ser objeto de
ciencia es la Ética, pero la Ética en el sentido académico, que no es más que
“moralismo sofisticado”(con todo se podría ensayar alguna asignatura sobre moralidad-inmoralidad desde una historiografía propia con acento especial en las culturas y distintas agrupaciones sociales). Si la categoría
“Ciencia” sólo admite en sus estudios institucionalizados las cuestiones
objetivas, tal y como se ha entendido hasta ahora lo objetivo, es normal que el
apartado del saber encargado de decirnos qué debemos hacer sea cosa de la
Filosofía...
...y normal que hagan una moral universal: si no hay diferencias entre humanos, todos podemos y debemos actuar guiándonos por las mismas reglas. Esta Ética, que no podría ser de ninguna forma objeto de ciencia sin que las instituciones científicas perdiesen todo su status, es lo que en parte les queda a los filósofos (aquellos que tienen una carrera y escriben en periódicos), junto con la Lógica y la Filosofía del Lenguaje. Recordemos, empero, que las verdades últimas de la realidad y el pensamiento quedan reservadas o quedarían reservadas casi obligatoriamente a la Filosofía.
Piénsese que, como proyecto la Estética, la Historia de las Ciencias sociales y Naturales, el debate abierto acerca de lo que propusiera el alumnado -quizás inspirándonos en los Ateneos Libertarios-, junto con lo arriba explicitado, sería el contenido -a pensarse y distribuirse bien- del Bachillerato y de la carrera de Filosofía; además de algún que otro engarce necesario como el Género Poético y las tradiciones orientales, o si se prefiere: asiáticas.
...y normal que hagan una moral universal: si no hay diferencias entre humanos, todos podemos y debemos actuar guiándonos por las mismas reglas. Esta Ética, que no podría ser de ninguna forma objeto de ciencia sin que las instituciones científicas perdiesen todo su status, es lo que en parte les queda a los filósofos (aquellos que tienen una carrera y escriben en periódicos), junto con la Lógica y la Filosofía del Lenguaje. Recordemos, empero, que las verdades últimas de la realidad y el pensamiento quedan reservadas o quedarían reservadas casi obligatoriamente a la Filosofía.
Piénsese que, como proyecto la Estética, la Historia de las Ciencias sociales y Naturales, el debate abierto acerca de lo que propusiera el alumnado -quizás inspirándonos en los Ateneos Libertarios-, junto con lo arriba explicitado, sería el contenido -a pensarse y distribuirse bien- del Bachillerato y de la carrera de Filosofía; además de algún que otro engarce necesario como el Género Poético y las tradiciones orientales, o si se prefiere: asiáticas.
(De otra manera, tanteando y tentando): No sólo no hay que defender la práctica actual de los filósofos y, por lo
tanto, la filosofía contemporánea, sino que hay que atacarla. Tal vez cuando la
filosofía sea abolida haga falta fundar un estudio del saber universal. Y si
queremos agrupar estos saberes en uno sólo para recuperar el monismo en
descrédito desde la escisión de las
ciencias, pues puede que utilicemos el nombre de FILOSOFÍA, pero este ya estará
despojado de todo significado peyorativo y, tal vez, recuperará el original: amor
por el saber (pero un saber práctico).
En cuanto a la CIENCIA, en mi opinión no se le puede dar definición más
que como método de investigación de las “ciencias” (formular hipótesis,
comprobar los hechos, etc). Cada una de las ciencias, puesto que conforme se
escindían de la filosofía adquirían también independencia con respecto a las
demás, se puede definir como el estudio de una realidad concreta y la
constitución de leyes para esa realidad. La historia de “las ciencias” va
pareja a la de la técnica: la teoría científica puede que no se vea influida
por los “intereses que hay detrás”, pero sí el llamado “trabajo científico”. La
teoría científica (una teoría no es “científica” si no tiene detrás una
institución científica que la respalde) casi siempre es objetiva. La práctica
(aunque tal vez la práctica no sea considerada “científica” por los propios
científicos) es muy, muy subjetiva: tanto, que a veces responde a los intereses
(e “inclinaciones”, si prefieren esta palabra…) de una sola persona.
La “práctica científica” pudiera ser motivo de estudio por parte de los científicos: planificar, calibrar, corregir tendencias, formación más amplia y dialéctica, máxima posibilidad de relacionar realidades-datos y el objeto estudiado con otros objetos -sabiendo dónde acotar- ...
La “práctica científica” pudiera ser motivo de estudio por parte de los científicos: planificar, calibrar, corregir tendencias, formación más amplia y dialéctica, máxima posibilidad de relacionar realidades-datos y el objeto estudiado con otros objetos -sabiendo dónde acotar- ...
Con todo, la cuestión de qué tiene más validez, si la filosofía o la
ciencia (las ciencias), o, si ambas la tienen, cuál subordina a la otra, es un
problema estéril.
Las ciencias surgen después que la filosofía. Al principio los saberes sobre los seres orgánicos e inorgánicos los contenía ésta. Después se escinden en estudios concretos sobre realidades concretas, llamadas ciencias. La ciencia supera a la filosofía en cuanto que no es metafísica ni idealismo, en cuanto que habla de la realidad, en cuanto que es materialista e, incluso, a veces, dialéctica; pero la filosofía es superior a las ciencias en el sentido en que conserva el holismo original, aunque perdiendo cierta “jurisdicción” sobre ciertos saberes, pese a lo cual todavía se atreve (se atreven los filósofos) a hablar de ellos. Los filósofos pueden (y de hecho lo hacen) hablar de la composición de la materia, pero no estarán en un laboratorio... he aquí una simple división del trabajo: unos tienen un papel más teórico y otros más práctico, diríamos que unos hacen el trabajo intelectual y otros el manual, aunque esto no se aprecia igual en los físicos como en los arqueólogos, por ejemplo. Se me podría achacar el que cada vez son más los estudios entre científicos de distintas especialidades, pero no se podrá negar que esto es así en casos puntuales donde la necesidad (económica y/o política) lo requiere. Las actuales enciclopedias no pueden alardear de holismo, sino de eclecticismo, aunque no lo digo peyorativamente, ni tampoco como elogio: simplemente no tienen un criterio unitario.
Las ciencias surgen después que la filosofía. Al principio los saberes sobre los seres orgánicos e inorgánicos los contenía ésta. Después se escinden en estudios concretos sobre realidades concretas, llamadas ciencias. La ciencia supera a la filosofía en cuanto que no es metafísica ni idealismo, en cuanto que habla de la realidad, en cuanto que es materialista e, incluso, a veces, dialéctica; pero la filosofía es superior a las ciencias en el sentido en que conserva el holismo original, aunque perdiendo cierta “jurisdicción” sobre ciertos saberes, pese a lo cual todavía se atreve (se atreven los filósofos) a hablar de ellos. Los filósofos pueden (y de hecho lo hacen) hablar de la composición de la materia, pero no estarán en un laboratorio... he aquí una simple división del trabajo: unos tienen un papel más teórico y otros más práctico, diríamos que unos hacen el trabajo intelectual y otros el manual, aunque esto no se aprecia igual en los físicos como en los arqueólogos, por ejemplo. Se me podría achacar el que cada vez son más los estudios entre científicos de distintas especialidades, pero no se podrá negar que esto es así en casos puntuales donde la necesidad (económica y/o política) lo requiere. Las actuales enciclopedias no pueden alardear de holismo, sino de eclecticismo, aunque no lo digo peyorativamente, ni tampoco como elogio: simplemente no tienen un criterio unitario.
¿SUPERACIÓN DEL MARXISMO?
Se ha dejado entrever antes que el marxismo es una superación de cierta
filosofía y cierta ciencia, pero, ¿se puede superar o refutar el marxismo?.
Para responder a la pregunta primero es necesario definir marxismo. ¿Son las teorías de Marx y Engels?, ¿hay escritos y
acciones de Marx y Engels no-marxistas?, ¿hay escritos y acciones marxistas que
no son de Marx o de Engels?
DEFINICIÓN DE MARXISMO
El marxismo es el
proceso de teorización (teorizar no implica escribir un libro) y acción tanto
colectiva como individual que emprendieron Marx y Engels aproximadamente en
1845 y que continuaron y continúan en este momento aquellos que intentan acabar
con el capitalismo de acuerdo a las enseñanzas (aciertos y errores que se miden
por el avance en las luchas) tanto teóricas como prácticas de los partidos e
individuos que se reclaman del marxismo y, desde 1924, del marxismo-leninismo,
aunque es justo discutir acerca del avance del leninismo (¿)sobre(?) el
marxismo; así como ocurre con el trotskismo y el maoísmo sobre el leninismo.
Por otra parte, el
materialismo universal –que yo extraigo de Laige y Marx- tiene la pretensión de
abarcar todos los campos del conocimiento aunque, al subordinar la teoría a la acción – como pudiera ocurrir en lo
libertario ya sea anarcosindicalista o marxista, necesariamente se tiene que
detener más en el estudio del ser humano (antropocentrismo),
el cual se ha denominado y se sigue denominando MATERIALISMO HISTÓRICO. La
interpretación materialista de la Historia constituyó, desde el día de su
formulación primeriza en 1945-46 (La
ideología alemana) una ruptura con
la ideología que todavía persistía en otros campos, sobretodo en la
biología (con el creacionismo). Esta característica supuso también,
consecuentemente con la importancia dada a la práctica, la unificación y
no-identificación al mismo tiempo de los aspectos objetivos y subjetivos de la
teoría con la práctica, teniendo así el marxismo tres componentes principales:
la TEORÍA, la TEORÍA SOBRE LA PRÁCTICA y la ACCIÓN o PRÁCTICA.
CONTENIDO DEL MARXISMO
Dentro de la Teoría
comunista estarían incluidos por orden de su importancia de cara a la
acción:
-
el MATERIALISMO HISTÓRICO, que yo
diferencio (como se hace tradicionalmente) de los estudios históricos concretos
por ser estos aplicación de dicho materialismo histórico y éste una formulación
general de la historia humana o bien la formulación de las leyes históricas de
cada periodo histórico. Pierre Vidal, Hobsbawm y Wallerstein son grandes
exponentes, así como Wilhelm Reich…
-
el MATERIALISMO DIALÉCTICO, nombre
que doy (otros no lo harían) a la teoría o exposición sobre el método general,
que es distinto de su aplicación (que siempre es particular), de la teorización
sobre el materialismo histórico, así como de la acción pertinente y de otras
ciencias. El método de los marxistas no pocas veces ha sido inconsciente. De
ahí su teorización, que es algo que se intentará en este trabajo.
-
la DIALÉCTICA, que podríamos
definir como la exposición de las leyes generales de la realidad y las
categorías de la propia dialéctica.
-
el MATERIALISMO UNIVERSAL, nombre
que doy yo, a falta de uno mejor, a la concepción objetiva del mundo, que
incluiría las respectivas concepciones de las distintas categorías de la
realidad: cuerpos inorgánicos, cuerpos orgánicos, seres humanos y productos
(cuerpos inorgánicos u orgánicos “producidos”, alterados por el ser humano). El
materialismo histórico estaría incluido, con orden prioritario, dentro del
materialismo universal.
MATERIALISMO
(Si el que lee esto sabe de antemano lo que es el
materialismo habrá visto que todo lo anteriormente dicho son afirmaciones
plenamente materialistas).
Estos cuatro componentes del marxismo cogen su nombre
del materialismo (también la dialéctica, puesto que es dialéctica materialista), que es una corriente de pensamiento que
surgió en oposición a las explicaciones supersticiosas, religiosas o idealistas
del mundo y que, por lo tanto, trata de explicar el mundo sin recurrir a
fantasmas, Dioses, la Idea, el Espíritu Absoluto, la Voluntad, etc, es decir,
trata de entender el mundo “sirviéndose” sólo de cosas que hay en el mundo. El
materialismo de por sí no implica acierto: Tales era materialista porque no
recurría a dioses Eros o Zeus para explicar el origen del universo, sin
embargo, estaba equivocado: todas las cosas no provienen del agua. La
afirmación materialista por excelencia es “la realidad es independiente de su
conocimiento”. Esta frase no disminuye el poder del conocimiento de transformar
la realidad, pero tampoco lo pone por las nubes: no lo idealiza.
Para que esta afirmación fuese totalmente correcta debería decir “la realidad es básicamente independiente de su conocimiento”. La historia del conocimiento, considerando esta vez conocimiento como la actividad especializada que se da con la división del trabajo en manual e intelectual (por eso sería más adecuado hablar de “Historia del trabajo intelectual”, aunque más pedante, ¿no?) y, dentro de este, con la división en oficios tales como los de poeta, filósofo, legislador, etc., se puede considerar como el predominio de unas ideas sobre otras, las materialistas y las idealistas, teniendo en cuenta que a lo largo de la historia filósofos y científicos han defendido al mismo tiempo tesis materialistas e idealistas. Esta historia del conocimiento entraría en una más amplia: la historia de la ideología y del pensamiento, la cual incluiría lo que pensaba en cada momento la “plebe”. Incluiría obviamente las Escuelas de Pensamiento e Innovación y el nódulo -nótese la coherencia- Liderazgo o condición de lider, condición de maestro o Maestrazgo y la condición de guías. Piénsese que esto que yo llamo nódulo puede o pueden ser independientes de Escuelas...
Para que esta afirmación fuese totalmente correcta debería decir “la realidad es básicamente independiente de su conocimiento”. La historia del conocimiento, considerando esta vez conocimiento como la actividad especializada que se da con la división del trabajo en manual e intelectual (por eso sería más adecuado hablar de “Historia del trabajo intelectual”, aunque más pedante, ¿no?) y, dentro de este, con la división en oficios tales como los de poeta, filósofo, legislador, etc., se puede considerar como el predominio de unas ideas sobre otras, las materialistas y las idealistas, teniendo en cuenta que a lo largo de la historia filósofos y científicos han defendido al mismo tiempo tesis materialistas e idealistas. Esta historia del conocimiento entraría en una más amplia: la historia de la ideología y del pensamiento, la cual incluiría lo que pensaba en cada momento la “plebe”. Incluiría obviamente las Escuelas de Pensamiento e Innovación y el nódulo -nótese la coherencia- Liderazgo o condición de lider, condición de maestro o Maestrazgo y la condición de guías. Piénsese que esto que yo llamo nódulo puede o pueden ser independientes de Escuelas...
A la teoría sobre la
práctica Marx y Engels la denominaron SOCIALISMO CIENTÍFICO. Ocurre que,
llamando socialismo utópico a todos los socialismos anteriores y al
contemporáneo anarquismo y anarcosindicalismo, crearon una herida, primero
teórica y después en la práctica y acción. Tratar de curar esa heridas aquí
sería imposible, puesto que requiere el diálogo ¡presencia incluida! entre
todos. En todo caso lo importante sería definirnos en los actos como revolucionarios ¿qué contenido: tiene
esta palabra? Si se parte de que hay que
transformar la sociedad y reorganizarla (sé que el lenguaje puede sonar
comptiano) habremos de reorganizar cada parte de nosotros hasta que todo esté
–entiéndaseme – EN SU SITIO. Por supuesto, se requiere de una muy buena visión
para captar la situación concreta y, desde la coyuntura de cada movimiento y
organización (no se olvide que estas dos cosas son inseparables y su separación
están en la base del reformismo), incidir de nuevo en la situación del momento
¿QUIÉN DECIDE LO QUE ES VERDAD Y LO
QUE NO?
La realidad
no es cuestión de voto: si un congreso de historiadores decidiese que nunca ha
habido lucha de clases, esto no la eliminaría.
El problema que se plantea es el siguiente: ¿cómo nos ponemos de acuerdo las personas sobre lo que es la realidad?
A saber: sobre los temas cotidianos ya se encarga la gente normal y corriente.
Sobre temas especializados se encarga gente especializada y el resto de personas acepta lo que les digan sobre ese tema en concreto siempre y cuando no viole ninguna de sus concepciones sobre el mundo (si lo hace su concepción del mundo habrá cambiado; esto es evidente). ¿Depende entonces la validez de una teoría científica de su aceptación entre la sociedad? Diremos que no si consideramos correcta la observación siguiente: si la sociedad no acepta tal o cual teoría es porque o no la comprende o porque su visión de esa realidad concreta es falsa (por su religión, opiniones políticas, etc.). Se puede llegar a la conclusión, según lo anterior, de que hay una separación entre “instituciones científicas” y “sociedad”, las cuales deciden según criterios distintos, a veces contradictorios. Una teoría o afirmación no será totalmente correcta hasta que instituciones científicas y sociedad coincidan. Y de igual forma una teoría no será totalmente incorrecta hasta que instituciones científicas y sociedad decidan que es incorrecta. En lo que sí coinciden “científicos” y “sociedad” es que una teoría no es válida si no sirve. Para unos la utilidad está en que explique la realidad y para los otros la utilidad estriba en que les ayude a “afrontar” la realidad. Por supuesto, en el seno de las instituciones científicas y en el seno de la sociedad pueden haber diferencias de opinión. Se pueden dar procesos en los cuales la sociedad acepta algo que las instituciones científicas ya daban antes por válido y, al revés, aunque esto es más extraño, las instituciones científicas pueden aceptar algo que la sociedad ya daba por válido (es el caso, en psicología, de la afirmación de que lo prioritario es alimentarse, vestirse, mantener relaciones sexuales sanas, etc. y luego lo demás... esto ya lo dijo el marxismo, pero claro, ¡el marxismo no tenía “categoría científica”!). Sería muy gracioso enumerar los casos en que la “sabiduría popular” ha superado a la científica.
El problema que se plantea es el siguiente: ¿cómo nos ponemos de acuerdo las personas sobre lo que es la realidad?
A saber: sobre los temas cotidianos ya se encarga la gente normal y corriente.
Sobre temas especializados se encarga gente especializada y el resto de personas acepta lo que les digan sobre ese tema en concreto siempre y cuando no viole ninguna de sus concepciones sobre el mundo (si lo hace su concepción del mundo habrá cambiado; esto es evidente). ¿Depende entonces la validez de una teoría científica de su aceptación entre la sociedad? Diremos que no si consideramos correcta la observación siguiente: si la sociedad no acepta tal o cual teoría es porque o no la comprende o porque su visión de esa realidad concreta es falsa (por su religión, opiniones políticas, etc.). Se puede llegar a la conclusión, según lo anterior, de que hay una separación entre “instituciones científicas” y “sociedad”, las cuales deciden según criterios distintos, a veces contradictorios. Una teoría o afirmación no será totalmente correcta hasta que instituciones científicas y sociedad coincidan. Y de igual forma una teoría no será totalmente incorrecta hasta que instituciones científicas y sociedad decidan que es incorrecta. En lo que sí coinciden “científicos” y “sociedad” es que una teoría no es válida si no sirve. Para unos la utilidad está en que explique la realidad y para los otros la utilidad estriba en que les ayude a “afrontar” la realidad. Por supuesto, en el seno de las instituciones científicas y en el seno de la sociedad pueden haber diferencias de opinión. Se pueden dar procesos en los cuales la sociedad acepta algo que las instituciones científicas ya daban antes por válido y, al revés, aunque esto es más extraño, las instituciones científicas pueden aceptar algo que la sociedad ya daba por válido (es el caso, en psicología, de la afirmación de que lo prioritario es alimentarse, vestirse, mantener relaciones sexuales sanas, etc. y luego lo demás... esto ya lo dijo el marxismo, pero claro, ¡el marxismo no tenía “categoría científica”!). Sería muy gracioso enumerar los casos en que la “sabiduría popular” ha superado a la científica.
VALIDEZ DE LA TEORÍA REVOLUCIONARIA
Aplicando lo dicho anteriormente al marxismo, nos encontramos con que, al
mismo tiempo que tenemos la seguridad de que estamos en lo cierto, ni en el
seno de las instituciones científicas ni en el seno de la sociedad el marxismo
es considerado como válido, por lo menos a nivel mundial. Al mismo tiempo es
válido y no es válido (da igual que esta dialéctica parezca taoísta, ¿no?). He
aquí una afirmación que ningún idealista aceptaría: para él las cosas son
inamovibles, no existe ninguna contradicción. Hoy el marxismo apenas es
“válido”, pero mañana puede ser el arma teórico-práctica de las masas. ¿Quién
se encarga de ello?, ¿el marxismo “surge” espontáneamente en las masas? No,
evidentemente, tiene que haber personas que defiendan el marxismo. De hecho las
hay (menos de las deseables). Y, que yo sepa, no hay puñetera forma de acabar
con esa “enfermedad” de la cual yo soy partícipe. Teóricamente no es muy
difícil defenderlo, simplemente hay que convencer de alguno o algunos de estos
puntos: en el mundo no intervienen Dioses, ni fantasmas, las supersticiones no
se cumplen (materialismo); las cosas cambian y están relacionadas, se producen
contradicciones (dialéctica); el comunismo siempre va a ser posible, para
algunos necesario y para otros deseable (premisas del socialismo científico).
Pero claro, esto sólo sirve para defenderse teóricamente. Y sabemos por la
práctica que las personas dan más importancia a lo que hacemos que a lo que
defendemos o decimos. Para defenderse en la práctica la única táctica es
actuar; además, hay que ponerle sentimiento…
HISTORICIDAD DEL MARXISMO
¡Por supuesto que el marxismo es
histórico! Si dijésemos que se sitúa fuera del tiempo, que es ahistórico
después de todo lo dicho anteriormente tendrían mucho derecho a tacharnos de
inconsecuentes. Muchos historiadores del marxismo coinciden en señalar su
nacimiento con las Tesis sobre Feuerbach. Esto es cuestionable. …¿sería uno de los nacimientos, el momento en
que los aspectos objetivos y subjetivos se hacen todo uno, es decir, el momento
en que Marx y Engels contemplan o tratan
de contemplar holísticamente el mundo de una forma dialéctica y materialista y,
al mismo tiempo, toman partido por la clase trabajadora?. Ese momento
ciertamente se podría datar antes de que Marx escribiese las Tesis sobre
Feuerbach. Engels mismo, en el prólogo a la edición inglesa del Manifiesto del Partido Comunista nos
dice (y aquí sí que nos sirve el argumento de autoridad) que “mi obra sobre la Situación de la clase obrera en Inglaterra
revela los progresos hechos por mí
personalmente en esa dirección. Pero cuando, en la primavera de 1845, volví a
reunirme con Marx en Bruselas, ya él había desarrollado perfectamente esa
idea”. Engels se refiere al materialismo histórico, especialmente a la lucha de clases, ¡y el papel presente y futuro
que tendría el proletariado!. El primer documento que expresaría estos avances
es La ideología alemana (primavera de
1845- agosto de 46). Anterior a esta obra son las Tesis sobre Feuerbach,
precisamente escritas en la primavera de 1845. Este documento es de un valor
incalculable: trata la cuestión de la objetividad/subjetividad; el materialismo
en oposición al idealismo; la acción en oposición a la vida contemplativa;
implícitamente afirma la superación de
la filosofía y la ciencia; sienta las bases para un estudio del ser
humano: no se puede entender este como individuo aislado, sino como ser social
y cambiante, por lo tanto histórico; y dice que el conocimiento se mide por su
validez en la práctica.
…Engels,
sin necesidad de formular el materialismo histórico sabe estudiar
dialécticamente un aspecto de la realidad, aspecto de la realidad en este caso
que es el que más interesa al marxista: la situación de la clase trabajadora en
un lugar concreto y en relación a los factores que hacen que su situación sea
esa (Engels percibe y comprende en gran
parte en su contacto directo con los trabajadores ingleses el carácter
clasista de las relaciones de producción). Además, desde la misma dedicatoria
del libro vemos que Engels ha tomado partido por la clase trabajadora. De aquí
podemos sacar la enseñanza práctica de que es prioritario conocer la situación
de los trabajadores allí donde estemos y en la medida de lo posible. Digo “en
la medida de lo posible” porque muy pocos tendrán tiempo, como Engels, de ir
directamente a las fábricas, minas, edificios, campos, etc. donde trabajan
funcionarios, obreros y campesinos para hacer un análisis tan riguroso. Puede
que tampoco haga falta ir tan lejos.
Voy a decir algo más de Engels: su estudio puede resultar incompleto
porque no analiza las causas teniendo en cuenta la plusvalía y otras leyes
descubiertas posteriormente por Marx, pero lo que no se le puede achacar es que
mienta, que ideologice su análisis. Sí que es verdad que con posterioridad se
comprobó que Engels se equivocaba por lo menos al predecir la revolución en
Inglaterra, pero si se equivocó fue porque esperaba que la práctica de la lucha
de clases mostrase cada vez más a los obreros una solución total y no parcial o
momentánea a sus problemas, que no eran otros que los derivados del modo de
producción capitalista. Mi hipótesis es que si no hubo una revolución en
Inglaterra fue por la existencia de las Trade-Unions, cuya única táctica fue
pactar reformas y nada más (además de la falta de revolucionarios de todo tipo,
que no supieron y no pudieron hacer
llegar sus propuestas a los obreros para que estos las hiciesen suyas).
Una obra “dudosa” en cuanto a su
marxismo es La Sagrada Familia, en ella todavía el análisis de Marx es un tanto
idealista, abstracto, y esto se ve claramente en la Glosa crítica marginal nº 2 cuando habla del proletariado (es un
análisis ideológico incluso). Sin embargo, en los pasajes escritos por Engels
se nota un conocimiento más concreto y objetivo de la clase trabajadora,
consecuencia de la convivencia directa
con obreros de Inglaterra entre 1842 y 1844.
GENERALIDADES DEL MATERIALISMO DIALÉCTICO
Una cosa quiero decir antes de nada:
“materialismo dialéctico” es una palabra sobre cuyo significado no ha habido
hasta ahora más que confusión. Se ha utilizado para agrupar en un solo término
todo el marxismo, para hablar del método, para hablar de lo que realmente se
encarga la dialéctica... o una mezcla de todo esto. Yo quiero apropiarme un
poco del sentido del segundo uso de esta palabra para decir que si bien el
método no es lo que determina o lo que diferencia al marxismo de otras
actividades mentales o manuales, sí que es importante tenerlo en cuenta y estudiarlo.
MÉTODO.- No empleo esta palabra en
el sentido tradicional de la literatura marxista y que el propio Marx le da.
Aquí se entiende por método la forma o modo en que se hacen las cosas,
en este caso el marxismo. No confundir “método” con “metodología”, lo que es
propiamente el materialismo dialéctico.
Si queremos crear una metodología marxista (el método ya está creado:
sólo hay que estudiarlo), entonces tendremos que hacer historia del método,
exponer el estado presente del método y crear teórica y prácticamente el
“futuro” del método. Tendría que ser una formulación general-provisional del
método (lo que se intentará aquí) y una “proyección” e “imaginación” (a
continuación se explicarán estos conceptos) para mejorar nuestro método (el
marxista) o cambiarlo si es necesario.
Centrándonos …¡en la actividad que realizamos los comunistas!, en el método que
seguimos, habría que empezar diciendo que de nada nos serviría comprender el
pasado y el presente si no pudiésemos utilizar ese conocimiento para “proyectar”
un previsible futuro donde “imaginar” cómo actuar (sobre deseables datos
objetivos que dependerán también, no lo olvidemos, de la acción emprendida
hasta entonces).
Al proceso de conocer, interpretar, comprender, proyectar e imaginar lo llamamos TEORIZACIÓN. La teorización consiste básicamente en procesos mentales, los cuales están en constante relación con la realidad y dan lugar a la ACCIÓN (se comprende que el teorizar lo puede hacer cualquiera y no hace falta escribir un libro, de hecho todo el mundo lo hace... a menos que sea un ser puramente mecánico).
Habría que matizar aquí que las acciones de los hombres no siempre van precedidas de teorización (a estas acciones se les ha llamado “irracionales” o “espontáneas”).
Las acciones de un marxista no están siempre precedidas de teorización por el simple motivo de que todas las acciones no son políticas o, por mejor decir, no dependen de una decisión de partido.
La vida privada de cada uno es la vida privada de cada uno (antes que marxista uno es ser humano) La cuestión estaría en determinar en cada momento y según las circunstancias lo que es “vida privada” y lo que es “vida política y/o pública”.
Esto no debe dar pie para decir que el Partido tiene la última decisión sobre las vidas de sus militantes o que “está bien lo que está bien para el Partido” (frase que no creo que dijese Lenin, pero si la dijo… más que nada porque el “Partido” a veces puede ser “partido” (en minúsculas), es decir, puede ser dogmático, reformista o, lisa y llanamente, puede equivocarse.
Un Partido Comunista es, además de un fin en sí mismo, un instrumento de la clase trabajadora para alcanzar el Socialismo y el Comunismo.
Al proceso de conocer, interpretar, comprender, proyectar e imaginar lo llamamos TEORIZACIÓN. La teorización consiste básicamente en procesos mentales, los cuales están en constante relación con la realidad y dan lugar a la ACCIÓN (se comprende que el teorizar lo puede hacer cualquiera y no hace falta escribir un libro, de hecho todo el mundo lo hace... a menos que sea un ser puramente mecánico).
Habría que matizar aquí que las acciones de los hombres no siempre van precedidas de teorización (a estas acciones se les ha llamado “irracionales” o “espontáneas”).
Las acciones de un marxista no están siempre precedidas de teorización por el simple motivo de que todas las acciones no son políticas o, por mejor decir, no dependen de una decisión de partido.
La vida privada de cada uno es la vida privada de cada uno (antes que marxista uno es ser humano) La cuestión estaría en determinar en cada momento y según las circunstancias lo que es “vida privada” y lo que es “vida política y/o pública”.
Esto no debe dar pie para decir que el Partido tiene la última decisión sobre las vidas de sus militantes o que “está bien lo que está bien para el Partido” (frase que no creo que dijese Lenin, pero si la dijo… más que nada porque el “Partido” a veces puede ser “partido” (en minúsculas), es decir, puede ser dogmático, reformista o, lisa y llanamente, puede equivocarse.
Un Partido Comunista es, además de un fin en sí mismo, un instrumento de la clase trabajadora para alcanzar el Socialismo y el Comunismo.
PARA LA TEORIZACIÓN
-
hay que tener en cuenta que desde
el mismo momento en que hablamos de la realidad ignoramos algunos aspectos,
damos más importancia a unos que a otros, o somos unilaterales, es decir,
consideramos sólo la influencia de un factor o lado de la contradicción
analizada, podemos ser inconsecuentes en algunas afirmaciones e incluso
ideologizar, “adulterar” ciertos aspectos de la realidad. Esto puede tener y de
hecho ha tenido implicaciones teóricas y prácticas muy graves. A la primera
característica del discurso teórico-práctico le llamamos OMISIÓN y a la segunda
EXAGERACIÓN-INFRAVALORACIÓN, las cuales son inevitables por motivos obvios:
¿podemos hablar de todo?, ¿podemos tener la certeza de que valoramos las cosas
según su importancia?
Estas características se intentan evitar o más bien habría que decir que se intentan subsanar. No hay que desesperarse pensando en que es imposible hacer el análisis “perfecto”, hay que dedicarse a perfeccionarlo en la práctica. Por otra parte están los aspectos que sí que son evitables: el MECANICISMO, la INCONSECUENCIA y la IDEOLOGIZACIÓN. A estos llamaría yo ERRORES DEL DISCURSO (y de las acciones que les seguirán), en contraposición a los aspectos inevitables que se han mencionado y a los ACIERTOS que se le presuponen a un discurso marxista. Todos estos errores en el discurso deberían ser tenidos en cuenta. En qué medida esto se ha hecho así es algo de lo que sólo puede dar cuenta una Historia del marxismo. Esto en cuanto a la teorización.
Estas características se intentan evitar o más bien habría que decir que se intentan subsanar. No hay que desesperarse pensando en que es imposible hacer el análisis “perfecto”, hay que dedicarse a perfeccionarlo en la práctica. Por otra parte están los aspectos que sí que son evitables: el MECANICISMO, la INCONSECUENCIA y la IDEOLOGIZACIÓN. A estos llamaría yo ERRORES DEL DISCURSO (y de las acciones que les seguirán), en contraposición a los aspectos inevitables que se han mencionado y a los ACIERTOS que se le presuponen a un discurso marxista. Todos estos errores en el discurso deberían ser tenidos en cuenta. En qué medida esto se ha hecho así es algo de lo que sólo puede dar cuenta una Historia del marxismo. Esto en cuanto a la teorización.
PARA LA ACCIÓN
-
hay que tener en cuenta la
imposibilidad de teorizar o planificar todas nuestras acciones, ni siquiera las
políticas (aunque en este caso sí que sería conveniente prepararlas todas). Las
acciones pueden ser reflejas (si creemos que nos van a golpear cerramos los
ojos), impulsivas (respirar, buscar alimento, querer relaciones sexuales) y
otras, las más importantes, que van del acto más mecánico (apretar tuercas en
un taller de montaje) al más planificado (estrategias militares).
Las acciones, en tanto en cuanto las hacemos seres humanos sociales, en sociedad, repercuten directamente en algunas personas e indirectamente en muchas más. La corrección o validez de un acto individual o colectivo depende de quién lo juzgue. No hay un “juez universal”. No habría un acto correcto para todos que no fuese el de salvar a toda la humanidad o lo que fuera encaminado a tal… por eso Hollywood se esfuerza en producir películas en las cuales -¡superficialmente!- todos dejamos nuestras diferencias de sexo, raza, cultura, lengua, clase) para salvar a los humanos de la “invasión alienígena”, o el “estallido catastrófico de un meteorito”, o la “amenaza de los robots que quieren acabar con la especie humana”.
¿ACTUAR PARA SÍ? , ¿ACTUAR-POR-MEDIO-DE-OTROS?, ¿ACTUAR-PARA-NADIE?
Las acciones, en tanto en cuanto las hacemos seres humanos sociales, en sociedad, repercuten directamente en algunas personas e indirectamente en muchas más. La corrección o validez de un acto individual o colectivo depende de quién lo juzgue. No hay un “juez universal”. No habría un acto correcto para todos que no fuese el de salvar a toda la humanidad o lo que fuera encaminado a tal… por eso Hollywood se esfuerza en producir películas en las cuales -¡superficialmente!- todos dejamos nuestras diferencias de sexo, raza, cultura, lengua, clase) para salvar a los humanos de la “invasión alienígena”, o el “estallido catastrófico de un meteorito”, o la “amenaza de los robots que quieren acabar con la especie humana”.
¿ACTUAR PARA SÍ? , ¿ACTUAR-POR-MEDIO-DE-OTROS?, ¿ACTUAR-PARA-NADIE?
En lo que a nosotros atañe, cada uno de los comunistas
militantes se caracteriza por “ACTUAR-CON-OTROS”. Siempre que desempeñamos una
acción política la hacemos de acuerdo a una decisión-estrategia colectiva, que
es la del partido, organización, célula, etc. Sinceramente, no entiendo como
alguien que actúa “individualistamente” (no confundir con individualmente)
puede considerarse comunista. Por otra parte, también se “ACTÚA-PARA-OTROS” y
se “ACTÚA-CONTRA-OTROS”. Actuamos o pretendemos actuar en beneficio de la clase
trabajadora, sea esta comunista o no; y actuamos contra todos los que en cada
momento tienen intereses antagónicos con los obreros o la mayoría de estos
FASES DE LA TEORIZACIÓN/ACCIÓN
Llamo CONOCIMIENTO al “saber”, tener la certeza de que uno o varios
objetos tienen ciertas propiedades. Digamos que el proceso de conocimiento
consiste en procesos mentales tales como la inducción-deducción, la
identificación-diferenciación (búsqueda de semejanzas y diferencias), la
clasificación-abstracción (relacionar un cuerpo con otros de distinta especie,
incluyéndolos en una “categoría superior”) y la división mental (dividir mentalmente
un cuerpo para dar con sus partes). En el proceso de conocimiento, tal y como
yo lo entiendo, los cuerpos no son considerados temporalmente. Esto se hace
después del conocimiento: a partir de la interpretación. Para pasar a la
interpretación es necesario un mínimo conocimiento, pero, por supuesto, no es
necesario cumplir el orden fijo que yo presento: pueden darse “saltos”, o
retroceder.
Llamo INTERPRETACIÓN al proceso que
empieza cuando consideramos al cuerpo o cuerpos analizados como “efecto” o
“efectos” de otro cuerpo anterior, es decir, cuando consideramos la realidad
como un proceso con concatenaciones causa(s)-efecto(s). Este proceso termina
cuando decidimos que las causas encontradas ya nos sirven para comprender.
Llamo COMPRENSIÓN al proceso que se
caracteriza por poner en relación unas causas con otras y estas con el efecto
o, dicho de otra forma, el proceso en el cual obtenemos, producimos como una
totalidad coherente la concatenación causa-efecto hasta llegar al cuerpo o
cuerpos analizados. En la práctica la interpretación y la comprensión van
siempre unidas y no se pueden separar: un proceso implica inmediatamente el
otro.
Llamo PROYECCIÓN al proceso de
“alargar” hacia el futuro (tanto como queramos) la concatenación causa-efecto
(el “efecto” que antes era objeto de conocimiento del análisis ahora es
“causa”) de acuerdo con los datos antes comprendidos. Dicho de otra forma:
hallar la fatalidad o lo más probable
Llamo IMAGINACIÓN (a falta de un
nombre mejor) a la introducción del factor subjetivo en la concatenación, es
decir a la alteración de lo proyectado de acuerdo a la consideración de que
sujetos como el pueblo, la clase, el frente, la guerrilla, el partido, etc.
pueden modificar y “dirigir” el futuro no sólo en la teorización, en nuestra
mente, en lo que decimos, sino también en la realidad, “ahí afuera”. La
imaginación no serían quimeras sino cosas posibles. Le doy este nombre porque
otras palabras como “conspiración” o “maquinación” tienen un matiz de maldad...
Esto en cuanto al proceso de teorización que
precede a la práctica o, por mejor decir, al proceso de ACCIÓN.
GENERALIDADES SOBRE EL SOCIALISMO CIENTÍFICO
El socialismo científico es una teoría sobre la práctica
La utilidad del socialismo científico para el militante comunista: le da
una concepción general de cuáles son los medios y los fines de su actividad. Si
no tuviese validez en todo lugar y momento, tal concepción no existiría o bien
no sería utilizada.
El socialismo científico arranca de unas premisas históricas, reales, que son las del capitalismo, formación socioeconómica que, si bien cuando éste fue formulado (o cuando éste estaba siendo formulado) no eran globales del todo, ahora parece que este sistema quiera engullirlo todo y llevarse por delante todo conato de rebeldía. Así pues, el SC tiene en cuenta la realidad social y el materialismo histórico, en cuanto que éste es una concepción general de la realidad social. Con una visión materialista de la historia se puede estudiar la revolución del los pobres, pero no en cuanto proyecto y menos en cuanto “genérico”: sólo se puede hacer una interpretación materialista de revoluciones concretas ya pasadas, ya ocurridas (como la Revolución de Octubre o la Larga Marcha). Sin embargo el materialismo histórico sí que puede subrayar la tendencia histórica hacia la dictadura del proletariado, pero sólo como posibilidad y necesariedad subjetiva, nunca como hecho inevitable: podemos esperar años a que se derrumbe el capitalismo a las puertas de Wall Street, que veremos una o dos crisis, pero si no hacemos nada, seguro que el socialismo no vendrá “caído del cielo”. El SC es necesario porque lo es el hacer una planificación general de la actuación tanto de los comunistas como de la clase trabajadora (y de una interacción entre ambos) y no partir de cero: imaginar una actuación concreta para una situación concreta y que no sirviese para trasladarla (generalizarla en la práctica) a otros militantes (no digo ya a distintos partidos) sería un desperdicio de imaginación
El socialismo científico arranca de unas premisas históricas, reales, que son las del capitalismo, formación socioeconómica que, si bien cuando éste fue formulado (o cuando éste estaba siendo formulado) no eran globales del todo, ahora parece que este sistema quiera engullirlo todo y llevarse por delante todo conato de rebeldía. Así pues, el SC tiene en cuenta la realidad social y el materialismo histórico, en cuanto que éste es una concepción general de la realidad social. Con una visión materialista de la historia se puede estudiar la revolución del los pobres, pero no en cuanto proyecto y menos en cuanto “genérico”: sólo se puede hacer una interpretación materialista de revoluciones concretas ya pasadas, ya ocurridas (como la Revolución de Octubre o la Larga Marcha). Sin embargo el materialismo histórico sí que puede subrayar la tendencia histórica hacia la dictadura del proletariado, pero sólo como posibilidad y necesariedad subjetiva, nunca como hecho inevitable: podemos esperar años a que se derrumbe el capitalismo a las puertas de Wall Street, que veremos una o dos crisis, pero si no hacemos nada, seguro que el socialismo no vendrá “caído del cielo”. El SC es necesario porque lo es el hacer una planificación general de la actuación tanto de los comunistas como de la clase trabajadora (y de una interacción entre ambos) y no partir de cero: imaginar una actuación concreta para una situación concreta y que no sirviese para trasladarla (generalizarla en la práctica) a otros militantes (no digo ya a distintos partidos) sería un desperdicio de imaginación
El SC es “socialismo” en lo que tiene de actividad
planificadora-imaginativa y es “científico” porque es una concepción posible
(con posibilidad de trasladarse a la realidad) de los medios a utilizar hasta y
después de llegar al comunismo (y una concepción de la propia sociedad
comunista). Por supuesto el SC parte de la posibilidad, necesidad y
deseabilidad del comunismo. Pero, ¿qué es el comunismo?, ¿qué es la sociedad
comunista? Esta sólo existe en breves frases de algunos teóricos y en algunas
mentes privilegiadas. No ocurre lo mismo con la sociedad socialista, que es (y
fue) o algo ya real en algunos países, o algo más cercano en el tiempo en otros
que el comunismo y sobre lo que, por lo tanto, se ha teorizado más. De todas
formas lo que es seguro es que sería la sociedad sin clases, sin propiedad
privada y, sobretodo, sin Estado, pues puede que las dos primeras se eliminasen
ya en el socialismo, pero es imposible que el Estado como instrumento de
represión contra los defensores internos y externos del capitalismo se
eliminase sin acabar antes con el capitalismo.
Se comprende entonces que el socialismo y el comunismo son dos procesos cuya única separación sería la de la “extinción” del Estado. Dicho paso del socialismo al comunismo sería parejo en todos los países, ya que sería incomprensible que unos lo hiciesen antes que otros habiendo todavía países capitalistas y por lo tanto posibilidades más que reales de recurrir al Estado (al ejército, a la policía, etc). No sería, y de hecho no lo es, parejo el paso del capitalismo al socialismo en todos los países (si no ocurriera esto no tendría sentido la anterior afirmación). Esto es así debido a que las condiciones objetivas (proletarización creciente…) y subjetivas (organización de la clase obrera y de su vanguardia) no son las mismas en todos los países. El objetivo más ambicioso de todo comunista sería el de la Revolución Mundial simultanea, pero hasta ahora lo más parecido han sido las “oleadas revolucionarias” que se dieron a lo largo del siglo XX...
Se comprende entonces que el socialismo y el comunismo son dos procesos cuya única separación sería la de la “extinción” del Estado. Dicho paso del socialismo al comunismo sería parejo en todos los países, ya que sería incomprensible que unos lo hiciesen antes que otros habiendo todavía países capitalistas y por lo tanto posibilidades más que reales de recurrir al Estado (al ejército, a la policía, etc). No sería, y de hecho no lo es, parejo el paso del capitalismo al socialismo en todos los países (si no ocurriera esto no tendría sentido la anterior afirmación). Esto es así debido a que las condiciones objetivas (proletarización creciente…) y subjetivas (organización de la clase obrera y de su vanguardia) no son las mismas en todos los países. El objetivo más ambicioso de todo comunista sería el de la Revolución Mundial simultanea, pero hasta ahora lo más parecido han sido las “oleadas revolucionarias” que se dieron a lo largo del siglo XX...
Por lo tanto el SC se encarga de la teorización sobre la condición
subjetiva del proletariado y de su vanguardia. Los fines podrían considerarse
el Socialismo y el Comunismo. También podría considerarse el Socialismo como un
medio hacia el Comunismo, fase indispensable hasta llegar a él, pero ocurre que
éste ya es una victoria en sí: un paso hacia adelante enorme. Lo malo viene
cuando aquellos que han conquistado el Socialismo lo toman en la práctica como
un fin, no percibiendo las tremendas contradicciones que pueda haber en su
seno.
¿Solución? El Socialismo es al mismo tiempo fin y medio. De igual forma podríamos decir que cada lucha, cada objetivo, es un fin en sí mismo pero al mismo tiempo medio para un fin superior. Los comunistas consideramos que la sociedad comunista es el fin superior, y no se tome esto como si fuese la “búsqueda de un Dios” o algo así: es un objetivo concreto, una sociedad dónde los conflictos de clase no existirían (porque no habrían clases). Un buen motivo para considerar al Comunismo como fin superior es el de que sería a partir de éste cuando sería imposible o al menos muy poco probable la vuelta al capitalismo.
¿Solución? El Socialismo es al mismo tiempo fin y medio. De igual forma podríamos decir que cada lucha, cada objetivo, es un fin en sí mismo pero al mismo tiempo medio para un fin superior. Los comunistas consideramos que la sociedad comunista es el fin superior, y no se tome esto como si fuese la “búsqueda de un Dios” o algo así: es un objetivo concreto, una sociedad dónde los conflictos de clase no existirían (porque no habrían clases). Un buen motivo para considerar al Comunismo como fin superior es el de que sería a partir de éste cuando sería imposible o al menos muy poco probable la vuelta al capitalismo.
DICTADURA DEL PROLETARIADO Y NECESIDAD DE LA VANGUARDIA
Habría que decir, además, que a la etapa del socialismo se le ha dado el
nombre de DICTADURA DEL PROLETARIADO. Este nombre es afortunado en cuanto
muestra que a una dictadura del proletariado sólo se le puede oponer una
DICTADURA DE LA BURGUESÍA. O una cosa o la otra... o ninguna de las dos, pero
en ese caso ya estaríamos en el Comunismo –o con una burocracia estatal, cuyo
sistema se ha llamado capitalismo de estado, dispuesta a, en el momento de
flaqueza de las organizaciones obreras, volver al capitalismo puro y duro-.
Cualquier dictadura impone medidas a otro grupo: los trabajadores no eligen ser
despedidos, les obligan a perder el trabajo. De igual forma los burgueses no
eligen que les expropien los medios de producción, los trabajadores les obligan
a perderlos.
El germen de la dictadura del proletariado ya está en la sociedad capitalista desde el momento en que dicha clase arrebata horas y condiciones de trabajo al capital. La Revolución se produce cuando la relación de fuerzas se decanta para un lado, para el lado de los trabajadores. La relación de fuerzas se va decantando ya para el proletariado en el sistema capitalista. Pero para ello hace falta la organización de éste. ¿Dónde?, ¿en los sindicatos? La práctica diaria de los sindicatos es reformista: tiene como objetivo las mejoras económicas de la clase trabajadora, pero no su emancipación completa. O bien se cambia la forma de ser de los sindicatos o bien se crea “otra cosa” que se encargue de dotar de ideas revolucionarias al proletariado (a un proletariado que puede y debe estar organizado en los sindicatos), esto es, que lo dirija ideológicamente. Incluso para hacer lo primero haría falta una Vanguardia organizada, pero el caso es que la función de un sindicato no es negativa, siempre y cuando luche contra el sistema capitalista. Un trabajador entra a formar parte de un sindicato cuando toma conciencia de sus intereses como clase. Es más fácil que esto ocurra que no el que espontáneamente piense que es necesaria la revolución y la sociedad socialista. Si lo segundo pasase no haría falta Vanguardia, pero como no es así…
El germen de la dictadura del proletariado ya está en la sociedad capitalista desde el momento en que dicha clase arrebata horas y condiciones de trabajo al capital. La Revolución se produce cuando la relación de fuerzas se decanta para un lado, para el lado de los trabajadores. La relación de fuerzas se va decantando ya para el proletariado en el sistema capitalista. Pero para ello hace falta la organización de éste. ¿Dónde?, ¿en los sindicatos? La práctica diaria de los sindicatos es reformista: tiene como objetivo las mejoras económicas de la clase trabajadora, pero no su emancipación completa. O bien se cambia la forma de ser de los sindicatos o bien se crea “otra cosa” que se encargue de dotar de ideas revolucionarias al proletariado (a un proletariado que puede y debe estar organizado en los sindicatos), esto es, que lo dirija ideológicamente. Incluso para hacer lo primero haría falta una Vanguardia organizada, pero el caso es que la función de un sindicato no es negativa, siempre y cuando luche contra el sistema capitalista. Un trabajador entra a formar parte de un sindicato cuando toma conciencia de sus intereses como clase. Es más fácil que esto ocurra que no el que espontáneamente piense que es necesaria la revolución y la sociedad socialista. Si lo segundo pasase no haría falta Vanguardia, pero como no es así…
Un buen comunista sería aquel que dijese que él está en un partido porque
no le queda más remedio si quiere hacer la Revolución. El Partido Comunista es
la forma que adopta la Vanguardia en la mayoría de los países. Las formas
específicas de la Vanguardia del proletariado dependen de las condiciones
específicas donde se actúe.