lunes, 11 de febrero de 2013

A PARTIR DE ZAMBRANO

Secretamente soy poeta
puesto que no anuncian los muros
ningún nacimiento de Dios

Si no fuera vanidoso
no me inclinaría obsesivamente
ante la belleza de un poema
que a ti sólo transpasó
de oreja a oreja
y del cual ya sólo queda el casquillo
junto a la flor difunta
en una foto con una estrella roja al fondo

No me quiero a mí mismo
cuando digo que amo a una humanidad
a la que yo sólo puedo rezar:
osea, una idea deshilachada
caminando por los mismos barrios
donde se perdieron mis pies

No me quiero a mí mismo
cuando te amo, sino después:
ante tu amor manifiesto
y antes el chispazo eléctrico
en que se incomodaron con rubores
"agentes contra la pornografía"

(Pausa en la que un niño despierto
explica y se explica la diferencia entre
sexualidad y pornografía,
así como toda una serie de cuestiones
que después se explicitarán
)

¿Qué vanidad o qué secreto
puede haber en el envejecer contigo?
Secretamente te amo
y en desmesura reclamo
un futurible espacio para un tiempo que vendrá:
fantasía
y antes de eso:
proyecto para la construcción de una fantasía

¿Quién ensueña demasiado
como para cruzar el cielo de las formas
y las formas que proyectan las palmeras?
¿cómo se construye una fantasía
en la simplicidad del afecto
si no es lanzándose a expiar el secreto?

...

No me quiero a mí mismo cuando utilizo
mi lápiz como una bala ante un folio
que, ¡eso sí!, me permite la angustia

Me aburro a mí mismo de no haber pisado
los tranvías londinenses antes del final de mi sueño
pues sólo a mí me cantan los hierbajos
que ahora desafinan

Entonces, ¿qué anuncian los muros sino otra mentira
o persuasión o indecisión o imprecisión?
¡Mejor ser hacedor de versos!

Entiende mi vanidad:
soy toda mi vida estudiante
del rostro de los Hombres
que figurándose tercamente "normales"
no descubren su "estar en la situación"...
(a veces les gusta mascullar hierba
sobre los labios que me niego
para no obcecar un beso, u otra metáfora:
la naturaleza no es dios- habla
mi ateísmo ortodoxo e inconsecuente-
la naturaleza es dios- ¿habla Tolstoi
o una síntesis no muy forzada
del deseo que hay en ti y en mí...?

No eres una ficción total,
pero tampoco el hombro que quiero tener...
¿hallar algo más humano
para re-novar el lenguaje?
¿y en qué muro hallar esa suerte,
dulce anonimato?
¡sí, ya sé frente cálida!
¡tu distancia de rayo de sol no es tan lejana!
¿entonces lamentarse ante un muro
que a mí sólo contiene?
¿y que vengan varones y mujeres
junto con el Espíritu de Cristo
a asesinar y resucitar su memoria

diariamente pongo flores en mis flechas
y diariamente en el cielo quebrado de estrellas...
¿entonces quedarse "fijado" a una estrella roja...?
¿y si yo la amaba/amaré?

NO ENCUENTRO REGOCIJO EN PERDERME
CON CABEZA Y PIES...
¡quiero perderme con corazón y ojos!
¿será esa mi muerte/vida?

"Deshazte del deseo", decía Buddha.
Ya estoy perdido más allá:
en el hielo indecible.
"No lo intentes, hazlo".
Pero estoy perdido más acá:
en la evidencia insoslayable del universo

¡Y quiero hacer juegos de palabras!
Niño soy de nuevo escupiendo margaritas
y sapos donde no hay verso único ni solitario
donde mi lengua atrae la mosca
bajo el fondo borroso de una bandera con estrella.
Sin pantano.

Pero la paz le dura poco al niño:
leon se vuelve con la palabra
¡y es cierto y mínimo lo que dice!:
"sigue habiendo mejores y peores"
con o sin leyes de iguales.

Y la contienda le dura poco al leon:
se vuelve camello para seguir cargándose
con viejas y nuevas palabras.

Los niños nietzscheanos aguardan
tus vanidades y tus secretos -en la hoguera
tus deseos y ambiciones -en el camino
tu libertad y tus cadenas- en el camino de la hoguera y del propio camino

Los niños nietzscheanos aguardan
pacientes y desesperados tus bromas y tu "maldita" seriedad
te aguardan como en un sueño
en que no tienes que fingir que eres valiente
o estás acobardado

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