Cuando todo estalla
en tu latido de palabras
flujo
se expande en las habitaciones de los nenes
una sensación a victoria
puede uno oir el eco de ti, el propio eco
tu naturaleza salvaje
bodegón de desnuda caricia
que golpea en este color
puede saborear como si fuera un perro
ese que yo fui
Bosque sin animales sin música sin Oasis:
así discurría el ahogo en un pequeño placer.
Y ahora que todo estalla
y tengo conflictos en la memoria
no voy a dejar que escapes
o que en tu contracción
digas basta al porvenir
que, en blanco -deduces amor-
se te aparece apretado a tu cuerpo
y tantea tu ombligo
centro de su universo.
En un momento en que vacío
toda luna sin ti.
Noches incontables en que te relataba
impulsivo
tus arideces y dulzuras.
Y me respondías como melocotón
como pavimento
como una lágrima en que el guetto judio
pudiera vencer al nazismo.
Pero estos imposibles alimentaban
tu boca de viento que arrastra
de precisa cadena
de mirada fija en la explosividad
de mis pies-versos
de ánimo-flor.
¿Cómo no esperar al burdel de tus labios?
¿cómo no besar tu frente asalariada
y tus manos y fisuras explotadas?
Así que la ola pasa cabalgando
como una reina sobre nuestras cabezas
y la irritable vida de esos que niegan el deseo
pasa igualmente pero sucia gris contaminada
¿Podemos hacer de anhelos
un modo de vida?
Así que borracho y lúcido te persigo
encadenado furioso pervertido y cursi
te persigo.
Tomémonos una copa.
(el rayo cae, y no cesa...)
¿ya pasó El Mediodía y Zaratustra dejó su silencio impreso en la conciencia de los hombres? Un cigarrito, un café/ qué más se puede pedir/ quizás que no sepa a humo/ o que no esté frío/ que bajen el precio/ o te suban el salario/ que haya más descansos/ o que no se vaya TAN a destajo
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