miércoles, 5 de diciembre de 2012

EN LA RIDICULEZ


Tengo ganas de caer en la ridiculez de Kollontai que lloraba durante Octubre y ante uno de sus posibles finales o como Ché Guevara en Bolivia, en una higuera de luz.

de caer como Camus ante ese sol que ofusca o como Sartre que veía con sus ojos bizcos la existencia en una angustia muy consciente y no sólo suya.

de caer como Wilhelm Reich ante el rumor y la caza de brujas, pestes emocionales… o como cualquier psiquiatrizado, alienado de su propia historia, sin voz muchas veces, sin voto todas ellas

de caer como todos esos jóvenes visionarios que se adelantaron a sus mayores, anclados en la maquinaria del sistema y en su propio accionar automático carente de reflexión

de caer como todas esas mujeres que llevan a cabo su propia liberación con sus pechos ahijados, con su dolor de parto y su goce, y de no entorpecer su camino como varón desde que ellas sangran, antes y después.

de caer como Bertol Brech que nunca rehuyó la búsqueda de placer y de la solución a las injusticias. Como Miguel Hernández retratado en la estrecha noche carcelaria

de caer como Karl Liebkneck que hablaba de un pacifismo socialista, del que se reían los diputados burgueses; o como un soldado del Ejército Popular Republicano.

de caer como todos los que han buscado en su nación la libertad para el proletariado, el fin de una explotación que tan bien describieron Marx y Engels, expatriados.

de caer como todo filósofo, como Gramsci y las paredes del mayo francés, en diatribas sobre el optimismo o el pesimismo, que sólo tienen solución en la más inmediata práctica, en la táctica y la estrategia

de caer quizás como un rapero o hombre de a pie que tiene que pisar la gran urbe y le han negado el contacto con el bosque, allá donde hay bosque, donde ha resistido al fuego

de caer como Neruda y otros genios que quisieron hacer de algo muy propio o vulgar un artefacto artístico; como Warhol, ante sus niñerías de colores, donde nunca fui retratado (oséa: bien)

de caer como Buddha en un silencio que lo diga todo

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