y se le veía tan feliz
jugando a ser mayor
y se le veía tan feliz
siendo famoso entre los niños
ya la nostalgia le atizaba
en noches de ventanas abiertas
ya le entrevistaran, haciéndole
las mismas preguntas de siempre
él se limitaba a encender su pitillo
y decía en voz alta:
"al mundo de nunca jamás
deberían ir todos esos dictadores y burócratas".
Callaba, y pensaba en UNA revolución innombrable,
incognoscible:
innenarrable.
¿ya pasó El Mediodía y Zaratustra dejó su silencio impreso en la conciencia de los hombres? Un cigarrito, un café/ qué más se puede pedir/ quizás que no sepa a humo/ o que no esté frío/ que bajen el precio/ o te suban el salario/ que haya más descansos/ o que no se vaya TAN a destajo
No hay comentarios:
Publicar un comentario