martes, 25 de diciembre de 2012

ASÍ PARA QUE MUERDAS

el asco tembloroso
donde no cupo el whiskey
sino tu amor de víscera
intacta, volcada, vaciada
tras el éter espantoso
en que caían las voces
más desesperadas
solitarias en la noche,
su noche tiritando
colgaba de su boca
asfalto disecado, desecado...
para que muerdas y tiembles
de fruta marginal-sin luz
que pueda encontrar
rumbo a lo brotado.

¡Náusea!:
donde nada resume
y se extiende el silencio.
¿Y no perdura "ese" pasito
lento de estiércol y hierba
tras el óxido áspero
que no arrastró la lluvia?
Pero nada se oye
sino termina de sonar
y esperas quizás algo
de (la) nieve, el mar
y nada se oye... lo que era
antes vuelo ahora no ve
¿liberas? pero no corres
¿sufres? no sabes qué más
¿hablar? si tras las cañadas
el miedo
         surge
             arrastra
                   sucumbe
                         o grabita
¿Entonces no gritar
                  no llorar
                  no buscar tu abrazo hermano...?                 

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